domingo, 26 de febrero de 2012

En torno al Premio de Poesía Aguascalientes 2012

Yo, ciudadano
En torno al Premio de Poesía Aguascalientes 2012
Gustavo Martínez Castellanos

“Quizá no viene al tema, pero a mí me cagan los poetas. Mira, la única cosa que debe importar en este asunto de la poesía es ver si, honestamente, el medio litro de cuartilla es bueno y ver si le dará algo a las otras personas. Estoy hasta la verga de esa madre, de andar buscándole el fuchi fuchi a la poesía. A la gente hay que darle cosas útiles, que le sirvan. Seguramente no faltará quien diga “éste no sabe nada”, pero eso tendría que verse en otro tipo de nivel; obviamente, tengo las manos limpias y con guantes y me puedo defender. Lo que sí quiero decir es que ya basta un poco de tanta mierda…”*                         
                                                                         Jeremías Marquines  (Premio de Poesía Aguascalientes 2012)

No me imagino a Elsa Cross, a José Emilio Pacheco o a Javier Sicilia denigrando a la lengua como Jeremías Marquines lo hace en esta entrevista y en muchos otros textos suyos. Sin embargo, que el comité que otorga el Premio de Poesía Aguascalientes sólo vea propuestas literarias y no repare en la honorabilidad del recipiendario, es algo que no podemos reclamarle sino sólo lamentar porque hay quienes le dan prestigio a un premio cuando lo reciben y hay quienes lo ensucian y lo despojan de su dignidad con lo que son.
Si bien es cierto que no podemos reclamar eso al comité del Premio de Poesía Aguascalientes, sin embargo, los guerrerenses sí podemos reclamar a la dirigencia del PRD Guerrero que haya felicitado a Jeremías Marquines en las doradas páginas de El Sur.
Porque no es posible pasar por alto que estos políticos festejen a quien con su praxis periodística y promotoría cultural en Guerrero haya generado condiciones de mayor atraso en materia cultural y, además, se haya atrevido a declarar, que “en Guerrero todo pasado es oprobioso” y que los guerrerenses somos “pendejos” y “violentos por naturaleza”.
Hay razones para que Carlos Reyes felicitara públicamente a Marquines: son amigos. Por ello, fiel a su costumbre de alabar cuando le conviene, Marquines nombró a Reyes “salvador de la auténtica izquierda guerrerense”  (Boletín Puss R. Camps. 31-III -2011).
Sin embargo, Evodio Velásquez no tenía motivos de peso para firmar esa felicitación; pues en ese mismo texto Marquines lo llama “joven que se hizo diputado por la fuerza de la casualidad” y, “chamaquillo que acaba de dejar la mamila”. Lo único que puede explicar la felicitación de Evodio es su creciente necesidad de ayuda para derrotar a Luis Walton y ganar la candidatura del PRD para la alcaldía de Acapulco. Evodio tal vez cree que con un Premio de Poesía Aguascalientes de su lado la balanza se inclinará a su favor.
Y no está muy errado. Con Marquines, su premio de un cuarto de millón de pesos, sus jovenesescritoresguerrerensesdelpacífico y el apoyo de Alejandra Frausto que maneja toda la infraestructura cultural del estado, el grupo de Carlos Reyes Torres (Jiménez Rumbo y Evodio Velásquez) tiene más oportunidades que otros grupos de la coalición que llevó a Ángel Aguirre al poder y que también buscan candidaturas en estas elecciones.
Nadie puede negar que Marquines ha trabajado arduamente para llegar a ser ese contrapeso político. Ha asaltado los recursos para la cultura de Guerrero, los ha desviado en la erección de festivales y eventos de relumbrón que catapulten a sus amigos políticos y asesorados (desde Zeferino Torreblanca hasta Solorio Almazán); ha dado golpes tanto mediáticos como políticos  a otros promotores y directores de cultura; a través de Citlali, su esposa, ha privilegiado el uso de los recursos hacia un puñado de “creadores” y ha generado una extensa red de alianzas y lealtades en casi todos los estados. Al final, ha despojado de toda oportunidad de desarrollo y consumo cultural a los guerrerenses más necesitados.
La felicitación del PRD en El Sur y la información también en La jornada Guerrero denotan un llamado a cerrar filas en torno al proyecto político del grupo de Carlos Reyes porque es el único que acepta a Marquines, a El Sur y La Jornada y es el único que puede darles todo. Si es que llega a ganar todas las candidaturas que busca.
Ambos tabloides han jugado un papel importante en el ascenso de Marquines en esta espiral de corrupción. Y aunque se trate de empresas privadas, cuyo objetivo primordial es arribar a mayor poder político y económico, no podemos dejar de reclamarles ese apoyo.
Marquines ha sido asesor político del actual director de La Jornada, el ex alcalde Félix Salgado Macedonio; quien defenestró a Aída Espino de la dirección de cultura; no le liberó el presupuesto del área; erigió una dirección paralela para Citlali; entregó la dirección a José Dimayuga y desvió los recursos de Cultura de su trienio a la fiesta de la Nao, el Centro de las Artes y otros proyectos que terminaron en sonados fracasos.
Con El Sur, Marquines tuvo una relación laboral que terminó en demanda por despido injustificado. No obstante su triunfo, cada vez que puede, denuesta a Juan Angulo, su director, quien, sin embargo, le sigue siendo fiel, y, al igual que La Jornada, publicita todos los eventos que Marquines realiza con recursos que deberían ser para todos los guerrerenses. Así nos enteramos de que Ernesto Lumbreras, jurado del Aguascalientes, dio en 2010 un taller de poesía en el Encuentro de Escritores que Marquines hace en Acapulco.
Pero más allá de eso, el mejor servicio que El Sur presta a Jeremías y su grupo es no investigarlos (ni a su esposa, ni a José Dimayuga). En el caso de este premio, El Sur inclusive se “equivocó” al informar que “Acapulco Golden, se concretó con el apoyo del Sistema Nacional de Creadores del Fonca”, cuando en las listas del Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico (PECDAG) 2011 (al que Marquines renunció a disgusto aunque ya recibía recursos del Fonca) aparece como proyecto en la categoría “Creadores con trayectoria”. Así, Acapulco Golden estaba documentado desde diciembre de 2010 y todo aquel que tuviera acceso a esa información sabía quién era su autor.
Es curioso; se premió a Marquines mientras se acusaba de plagio a Sealatiel Alatriste.
Pero es más curioso que la dirigencia del PRD Guerrero diga que “Acapulco Golden representa un homenaje al Acapulco de los años 30” cuando ese nombre designa una variante de mariguana cuyo mayor consumo se dio en los años 70, los más álgidos de la Guerra Sucia; en los que sufrieron persecución y muerte verdaderos luchadores sociales.
Y es curioso que nadie haya reparado en el perfil de Marquines antes de asignarle el premio y que ante sus escritos y su contenido nadie se pregunte si en realidad el Nacional de Aguascalientes premia a la poesía y a poetas y si lo que Marquines escribe es poesía.
Sólo hay que leer de nueva cuenta el epígrafe de este envío. Y sus blogs.
Reitero, no me imagino a Juan Bañuelos, Eduardo Lizalde o Myriam Moscona con una línea de vida así. Con una visión de la lengua y de la poesía como la de Marquines. Con una postura voraz y grotesca ante su entorno. Depredadora.
Esperamos que este no sea un indicio de que el Premio de Poesía Aguascalientes ha ingresado a una etapa de desdoro y decadencia. Oscuridad. Sería lamentable.
Sobre todo porque ya estamos sufriendo eso en Guerrero, en donde Marquines con  ayuda de políticos corruptos y jóvenes disipados ha erigido un cacicazgo cultural que, como otros cacicazgos, sólo ha generado más desigualdad y atraso sobre los que ya padecíamos.
Nos leemos en la crónica gustavomcastellanos@gmail.com
* La jornada, Jalisco; sábado 26 de julio de 2008. Entrevista con Ricardo Solís. I Parte
Mi solidaridad con el Lic. López Rosas. Recibe un afectuoso abrazo, Alberto.

martes, 14 de febrero de 2012

Guerrero - Altamirano


Yo, ciudadano
Guerrero - Altamirano
Gustavo Martínez Castellanos

Algunos datos interesantes unen la vida de estos dos inmensos guerrerenses: ambos nacieron en Tixtla; ambos alcanzaron grado de oficial en ejércitos mexicanos que lucharon contra potencias extranjeras. Según algunos cronistas estuvieron emparentados a través de la esposa de Altamirano y ambos hablaban náhuatl. Altamirano falleció un 13 de febrero y Guerrero un 14. La muerte de Guerrero y el nacimiento de Altamirano están separados por tres años (1831 - 1834). Sin embargo, el dato más significativo es que Altamirano escribió acerca de Guerrero a quien admiraba, a grado tal que magnificó su imagen, armándola sin mencionar sus fuentes, cincuenta años después de la muerte del general.
En “Morelos en el Veladero” ensayo histórico de Altamirano que fue publicado en La República entre septiembre y octubre de 1883; Altamirano relata la aparición de Guerrero en relación a Tixtla después de la reunión en que don Hermenegildo Galeana presenta a Morelos en el cuartel de “el paso de la eternidad” a los recién llegados hermanos Bravo, y al joven Nicolás. Marca ese día como el 2 de Mayo de 1811; esa reunión evalúa el triunfo que Morelos obtuvo contra las tropas españolas ubicadas en Acapulco y la Sabana.
A las cuatro de la tarde y fuera de su tienda, Morelos convoca a una junta a la que asisten los Galeana, los Ávila, los Bravo (que acaban de recibir grados de oficiales), Ignacio Ayala, Rafael Valdovinos y Antonio Talavera; pero no Vicente Guerrero. Antes de finalizar la junta en la que se decide que las siguientes campañas serán contra Chilpancingo y después contra Tixtla, Morelos manda llamar a unos capitanes. Uno de ellos “venía dando el brazo al joven don Nicolás Bravo –relata Altamirano.
“Este capitán era joven también y de aspecto gallardo, trigueño, alto, esbelto, no parecía, por su traje y por su manera de hablar, costeño; más bien revelaba desde luego su origen indígena o mestizo, lo que se conocía por su nariz pronunciadamente aguileña, por sus pómulos salientes y por sus cabellos lisos, negros y grandes, formando un crecido tupé sobre la frente. Parecía como de veintisiete a veintiocho años; llevaba chaqueta de paño verde oscuro con agujetas de plata y botas de montar con ataderos finamente bordados. Una patilla negra y pequeña flanqueaba su boca ligeramente abultada.
“Era el capitán don Vicente Guerrero” (pp. 170 – 171)*
Más adelante, Altamirano describe a los capitanes costeños Montes de Oca, Mongoy y Mayo: “eran morenitos, pequeños de cuerpo, pero robustos y musculosos como tigres, vivaces y presentando el tipo de esa raza que puebla en su mayor parte, la costa grande, mezcla de la africana y de la indígena de Filipinas”.  (p. 172)
Después describe con breves trazos la historia de los asistentes a esa junta; del ex presidente apunta: “don Vicente Guerrero, fue uno de los hombres más ilustres de México” y señala sólo sus logros hasta la traición de Picaluga en Acapulco. (p. 176)
Este dato cierra la hilera de curiosidades de estos hombres pues la aparición de Vicente Guerrero en la operística de Altamirano queda ubicada en Acapulco; lugar en el que casi 20 años después será aprehendido para ser llevado a su muerte a Cuilapan, Oaxaca.
Este 13 y 14 de febrero que señalan las fechas luctuosas de estos enormes surianos, quise exponer estos datos literarios que exigen un más amplio y profundo análisis.
Nos leemos en la crónica gustavomcastellanos@gmail.com;
* Altamirano, Ignacio M. Obras completas, t II. SEP. 1ª edición. México, 1986.

jueves, 9 de febrero de 2012

La Asunción


Yo, ciudadano
La Asunción
Gustavo Martínez Castellanos

El temblor del 10 de diciembre que dañó nuestra iglesia de La Asunción expuso su importancia para Guerrero, sobre todo por lo urgente de sus reparaciones. Supimos de inmediato que una de sus torres tendría que ser demolida. Y, más tarde, que todo el templo había quedado en mal estado. Sin embargo, la consternación que esa noticia causó –y la de los muertos por el temblor- fue opacada, dos días después, por el asesinato de los estudiantes normalistas. Así, la relevancia de La Asunción volvió al olvido.
No es una obra arquitectónica de altos vuelos, y si su sencillez la inclina a lo humilde también la eleva a lo luminoso. Durante muchos años, sus pequeñas torres, fueron los edificios más altos de la capital del estado, incluidos el ayuntamiento y el actual museo regional, todos de estilo neoclásico, pero los tres, al mismo tiempo, quedaron atrás en el último cuarto del siglo XX ante el ex palacio de gobierno (hoy, Palacio de la Cultura).
Aún con eso La Asunción no perdió luminosidad ni modernismo, fruto de una época de practicidad más que de recogimiento, su diseño y su color exterior la distinguen. Así, aún en este siglo, sobrecogido por el tañer de sus campanas, Chilpancingo adquiría con La Asunción el señorío de una comarca opulenta y revenida en sus costumbres.
Pero mucho de eso le viene del hecho de que La Asunción tiene un lugar en la cordillera de templos que entraron a nuestra historia nacional como recintos en los que se dieran actos significativos en la conformación de lo que México es.
Desde ser testigos de uno de los más silenciosos cismas de la Iglesia en la erección de una constelación de clérigos rebeldes que levantarían pueblos y aldeas decididos a arrancar de raíz el sistema de opresión que esclavizaba al continente; hasta refugio de muchos de ellos en momentos cruciales.  
Salidos de templos católicos y vueltos a ellos lo fueron las señeras figuras de Fray Servando Teresa de Mier, Pablo Delgado, José María Mercado, Mariano Matamoros, Miguel Hidalgo y Costilla y José María Morelos y Pavón.
En ese devenir, existe un salto significativo en nuestra historia: de las muchedumbres enardecidas de Hidalgo en el atrio de la iglesia de Dolores al Congreso de Morelos en La Asunción, México cierra una etapa y abre otra: la de su primera la legalidad.
Templo y monumento histórico. Lugar en el que se amalgaman la fe divina y la fe en las leyes humanas; La Asunción es, antes que otros templos del territorio guerrerense, también un símbolo de nuestra idiosincrasia: pequeña catedral en ciudad capital.
Y viceversa.
Que por acción de la naturaleza pudiéramos perderla, sería una desgracia. Que ni autoridades ni intelectuales pugnen por su pronta reparación, su conservación y el estudio generalizado y profundo de todos sus significados, resulta una afrenta.
Un temblor sacudió, por un momento, esa desidia, no debemos esperar a que otro nos haga ver el inmenso valor que tuvimos y dejamos perder. Aún estamos a tiempo.
Nos leemos en la crónica gustavomcastellanos@gmail.com
Una felicitación al Instituto Guerrerense de la Cultura por el tremendo avance en la dramaturgia estatal: ponerle nombre a la sala de un teatro en el que no se presenta ningún drama desde hace mucho tiempo. Y que el nombre impuesto sea de un íntimo amigo del ex director de cultura José Dimayuga y del reportero de El Sur Carlos Montezuma. Bravo.

Apreciable C. Frausto IV, Diálogos


Yo, ciudadano
Apreciable C. Frausto IV, Diálogos
Gustavo Martínez Castellanos

Una reacción a mis últimos envíos vino de Efectoespejo.com, (blog que suele publicar mis textos) que esperaba que mi envío pasado cerrara el círculo de ‘comadres de lavaderos’ y obtener nuevas entregas culturales, literarias y criticas verdaderas a la falta de promoción de este ramo en el estado de Guerrero. Tal postura sólo puede ser resulto de la falta de parámetros de análisis en Guerrero para entender el trasfondo que un texto como el de Salinas encierra; y, la distancia que priva entre quienes usan los presupuestos de cultura para sus proyectos personales (y de grupúsculos) y quienes pugnamos porque esos recursos lleguen a todos los guerrerenses; sobre todo a los más necesitados.
En éste envío me apeno de decepcionar a Efectoespejo.com, con el que he mantenido una relación de cordialidad hasta ahora. Pero, a cambio, le ofrezco una solución a sus expresos requerimientos de nuevas entregas culturales, literarias y críticas verdaderas a la falta de promoción de este ramo en el estado de Guerrero: que pague por ellas. Así, cubrirá sus necesidades y además apoyaría con recursos al talento literario local. Vale.
Otra reacción se refiere al Diplomado de Literatura que hoy empezó; su remitente estaba indignado de que le pidieran “una firma de un escritor que me legitimara”, pero se negó “a correr a buscar a Citlali, Jeremías o Salinas”. “Había muchas dudas sobre quién iba a escoger a los participantes y con qué parámetros”, Pero, a pesar de que “la gente de Citlali quería 25 ‘escritores’, la mayoría de los que ingresamos, ni llevamos sus firmas, ni somos de su grupo; y como éramos muchos no les quedó otra que aceptarnos a todos”.
El envío también expone la doble moral de los organizadores: en un Diplomado Anterior (Historia del Arte) mi remitente afirma que “Citlali no lo culminó porque la corrieron” y “la otra busca amigos que le corrijan sus novelas y cuentos”. “A Antonio Salinas lo impusieron con su proyecto para acceder al diploma porque no asistía”. Pero no sólo ellos tenían privilegios: “Otros, a pesar de que les dieron oportunidad de firmar sus faltas ni así obtuvieron el diploma; entre ellos Areli Eunice”; “a Juan Carlos Moctezuma (reportero del El Sur) y a Misael (Habana), les concedieron, por no sé que razón, asistir cuando pudieran”. Y lamenta que ahora “a nosotros, ‘la junta’ (coordinada por Ciltlali e Iris García) decidiera que seremos tratados con estricto rigor en el tiempo, entrada, salida, trabajos, aprobar las 18 materias etc., y nos hicieron firmarlo.” A pesar de todo, mi remitente se congratula porque “nos aceptaron a todos, nuestros méritos pesaron más (…) porque siempre cumplimos” y me agradece que me haya ocupado del tema.
El envío es una radiografía de la corrupción que asfixia al IGC, y explica por qué anteriores gobiernos del estado nunca confiaron en Citlali. De paso, advierte a la federación sobre su cacicazgo cultural, a cuyo servicio se ha puesto El Sur, que el jueves 26, hizo ver a Iris García en sus declaraciones como si por ella esas personas hubieran sido aceptadas en el diplomado; cuando ella y Citlali las habían discriminado desde el principio.
Que el INBA no haya caído en su juego es sólo un paso. Ahora es necesario que con el CONCACULTA vigilen que los beneficios que traen a Guerrero lleguen a todos los guerrerenses. Sobre todo a aquellos que más lo necesitan. Y no sólo a las mafias. Ya basta de que Guerrero sea un estado con muchos rezagos y demasiados caciques.
El segundo escrito llegó firmado con el seudónimo “Ramiro Montoya Lucas” quien me pidió que lo publicara con ese nombre; dice así:
“No sé si esta personita que funge como Directora del IGC merezca que sigamos gastando tinta, pero su  actuar y el de sus subalternos, resulta preocupante. Del 3 al 10  de diciembre del año pasado se desarrolló en Taxco la 74ª edición de la Feria Nacional de la Plata, con una lamentable organización y peor desarrollo.
“Este evento cuesta 3 millones de pesos al pueblo de Guerrero; el espantoso elenco artístico, de tercer nivel: ‘Patita de perro’, ‘Ten tops’, Natalia Lafourcade, Edith Marqués, Lila Downs, (la excepción); todos contratados por un tal Manolo Zepeda, promotor de artistas que se siente ‘bordado a mano’. Él, y a empujones, trató de evitar que los periodistas que el IGC invitó a la ceremonia de clausura tomaran fotos y prácticamente los corrió del evento; Bernardino García Calderón de RTG y Alejandro Gómez Sotelo de Diario 21 poseen las pruebas en audio del comportamiento de Manolo Zepeda.
“La catástrofe inició en la ceremonia de inauguración, cuando funcionarios del IGC apartaron con personificadores lugares para los funcionarios. Continuó con el hecho de que cambiaran la hora de inicio a las cuatro de la tarde para esperar a la Secretaria de Turismo, Gloria Guevara Manzo y a esa hora la Plaza Borda semivacía hizo que el gobernador se mostrara visiblemente molesto y preguntara por los responsables de esas decisiones; ya que también originaban que el escenario impidiera que el público apreciara el espectáculo. Ángel Aguirre lució sumamente molesto durante toda la ceremonia.
“Días antes, en una gira, el gobernador había dicho que la Feria de la Plata, este año, sería única, con artistas de primer nivel y muchos intelectuales. Pero Alejandra Frausto había decidido otra cosa: “a mí me gusta mucho ‘Patita de perro’, dicen que declaró.
“De esta Feria Nacional de la Plata  sólo lucieron los concursos tradicionales, que organizó Martha B. Mejía Domínguez, el palo encebado y pintorescas carreras de meseros, de lechones, de triciclos, de encostalados. (En la carrera de burros Manolo Zepeda, Citlali y Alejandra Fraustro tuvieron empate).
“Sin embargo  no todo termina ahí: el IGC aún no liquida los adeudos que tiene con hoteles y restaurantes taxqueños. Lo que faltaba: salieron pillos. Ojalá pronto se larguen”.
Por supuesto, “Ramiro Montoya Lucas” no sabe que Alejandra Frausto acaba de traer a Acapulco a Nacho Rodríguez Bach con un espectáculo llamado “Limón Partido” del que nunca sabremos su precio y cuál es el servicio cultural que presta a los guerrerenses. O si lo trajo sólo porque a ella le gusta (como “Patita de perro”). En la inauguración declaró que “Limón partido es un evento para interactuar y ser partícipes de una experiencia verdaderamente inolvidable”. Esperamos que no sea como las que sufrimos a diario entre marchas, descuartizados y balaceras que son, también, verdaderamente inolvidables.
Con “Limón partido” Alejandra Frausto está en la misma tesitura de Gloria Sierra que siendo Secretaria de Desarrollo Social trajo a un costo altísimo unos dinosaurios, los puso en el museo La avispa y declaró que era “para que todos los niños se divirtieran”; cuando Guerrero ya tenía el municipio más pobre de América Latina y en las siete regiones había -y sigue habiendo- niños que mueren de hambre y de enfermedades cuya raíz es la miseria.
La corrupción, frivolidad, torpezas e incoherencias que privan en el IGC, según estos envíos de mis lectores, apuntan a que esa dependencia se ha convertido en el coto de poder de unas cuantas personas que la usan para su beneficio particular. Es tiempo de que el gobierno del estado inicie una limpia e impida que el cacicazgo que ahí se erige eche por tierra la confianza que la federación empieza a poner en Guerrero en materia de cultura. Y que, además, sus recursos sean desviados para comprar favores políticos en estos comicios.
Nos leemos en la crónica gustavomcastellanos@gmail.com