viernes, 31 de mayo de 2013

IGC: Diferencias 4



Yo, ciudadano
IGC: Diferencias 4
Gustavo Martínez Castellanos

     La creación del IGC dio como resultado la ilusión de que durante 30 años en Guerrero el estado promovía y alentaba la y nuestra cultura. Pero no hay nada de eso.
     Ahora, no necesitaremos seis lustros para observar la mentira; hoy, en El Sur, el gobierno de Aguirre da cuenta del grado de corrupción y cinismo que priva en su Secretaría de Cultura: “Ya hay una propia y fortalecida literatura guerrerense”, afirma Citlali Guerrero, Directora de Enseñanza y Patrimonio Cultural. “Actualmente de Guerrero hay diez escritores en el fondo Editorial Tierra Adentro”, y “junto con el trabajo del Fondo Editorial del IGC”, se promueve “a los guerrerenses en el país (¡!), y las convocatorias literarias para estimular a los creadores ‘podemos hablar de una literatura fuerte’”.
     Sería bueno ver qué entiende este gobierno por Literatura, por Literatura guerrerense y por Literatura fuerte. Sobre todo si sabemos que la mayoría de los “escritores” de esa nómina en Tierra Adentro la forman amigos de Citlali a los que llevó hasta ahí  asaltando los recursos que deberían haber sido para todos los guerrerenses. Y los certámenes literarios son controlados por su gente, de aquí y de fuera de Guerrero.
     Así, con golpes mediáticos se encubre la falsa praxis cultural, misma que sirve de modelo para construir una sociedad y escindirla de la modernidad, atascarla en la idea de que el gobierno resuelve todo y de que cultura popular es igual a riqueza cultural; rémora que impide que el tremendo vacío intelectual y cultural muestre su rostro. En la continuidad del ser cambiante social e histórico guerrerense, ese vacío es identidad.
     Identidad que explica otros vacíos: los que la ciencia, la tecnología y la filosofía erigen en nuestro redor. Una psicología que desenmascare esa identidad. La erección de espacios de análisis y de réplica. Entidades que desde el pensamiento hagan contrapeso al tremendo poder político que aplasta todo para preservarse –sin cotos- a sí mismo.
     Entre las tantas lagunas que padece la historia de Guerrero, casi todas anidadas –y enriquecidas- por el olvido oficial, priva la ausencia de una generación preocupada por la vida y el sustento del ser guerrerense desde el universo de las ideas y del conocimiento dentro de la cultura. La identidad, así, más que máscara, es destino. Oscuro. Maldito.
     Con esa erección, este gobierno expone el paradigma de su ser: la creación del sentido de progreso y desarrollo -sin ellos-, es gobierno. Así, “Guerrero cumple”. El asco.
     La paradoja de que la coyuntura universal de una era tecnológica sin precedentes fuera transformada por este gobierno en herramienta para perpetuarse, a costa de todos nuestros atrasos y de la insultante miseria que padecen miles de guerrerenses, recae sobre Aguirre quien plantó –aferrado a ella- la negra simiente de la degradación.
     Y así será recordado. No otra idea de lo que es surge de su praxis y sus consonancias.
     Ante ello, y después de años de lucha, la mirada ajena. La otredad. La distancia que redime y purifica: el tiempo que nos tocó vivir; el enemigo, apéndice del poder.
     Que el testimonio, y haber sido la diferencia nos señalen. Ese será nuestro legado.
     Nos leemos en la crónica gustavomcastellanos@gmail.com; www.culturacapulco.com; culturacapulco.blogspot.com.mx

jueves, 30 de mayo de 2013

IGC: Diferencias 3



Yo, ciudadano
IGC: Diferencias 3
Gustavo Martínez Castellanos

     La erección de una Secretaría de Cultura en un estado cuyos grados de atraso siguen siendo proverbiales –como en educación- es bizarro porque apunta a la erección de un subterfugio para alcanzar otros objetivos. Entre ellos el de repetir ciertos agravios.
     Para empezar, el grupo hedónico de “creadores” -ya aguirrista- inició por ignorar a aquellos maestros y periodistas que dos décadas atrás requerían publicar sus reflexiones, su conocimiento y sus puntos de vista sobre nuestra realidad; en su lugar, ese grupo se da a sí mismo becas, viajes, premios y salarios y publican sus propias ficciones. No análisis, ni investigación; sino apremios íntimos o personales. Ese escapismo es su aportación a la historia de atraso de Guerrero. El manejo discrecional de recursos, su recompensa.
     Así, el IGC, de instrumento que erige escenarios intelectuales para el gobernador en turno, pasó a ser instrumento de distracción; cada vez que en algún punto del estado se encendían focos rojos, Aguirre anunciaba la creación de esta Secretaría; (hay estados ricos, sin el atraso de Guerrero que funcionan con simples Institutos de Cultura). Además, en sus carteleras ya oferta “cultura, arte y entretenimiento. A esto hay que aunarle que busque paliar los efectos de la violencia generada por la incompetencia y la complicidad de nuestros gobiernos: intentar “regenerar” tejido social a través del arte y la cultura podría ser bueno; hacerlo a través del entretenimiento es, a todas luces, irresponsable. Criminal.
     Por ello, sin duda alguna, sabemos que la novísima Secretaría, más que generar condiciones de pensamiento y de creatividad se usará para (atraer turismo, aparte) distraer, generar condiciones virtuales de confort, desviar la atención de la sociedad de sus principales problemas y orillarla a olvidarse de exigir al gobierno las debidas soluciones.
     En esos afanes, Aguirre hizo que Guerrero diera un salto hacia atrás en su historia: durante décadas fuimos gobernados por políticos oriundos de otros estados –Canuto Neri se levantó en armas contra Díaz ya en 1893-; ahora, Aguirre repite ese hito: el primer secretario encargado de nuestra cultura también viene de fuera. Y todo porque al igual que Díaz, Aguirre necesita que ese aparato de distracción popular esté en manos de alguien a quien no le importe Guerrero pero que le deba toda lealtad. Para mayor eficacia, en su entorno apuntaló a ese corrupto grupo hedónico obediente hasta el último cheque.
     Así, la Secretaría de Cultura de Guerrero nunca se ocupará por sacar a flote ni las más profundas y elevadas manifestaciones del pueblo guerrerense ni dará foro a las voces disidentes aún cuando sus argumentos sean también elevados y profundos. Universales.
     Ese aparato creado por Aguirre, como aquel creado por su maestro, Ruiz Massieu, es otra herramienta de objetivos económicos y políticos. De manipulación social. De poder.
     Ante ello, ¿quién puede decir que para un estado tan atrasado, tan golpeado, tan vejado, tan pobre y tan marginado como Guerrero, esto no es una maldición? ¿Y el silencio en torno a ello, patente de la dimensión de nuestra insufrible inconsciencia?
     Nos leemos en la crónica gustavomcastellanos@gmail.com;
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    Noticia: Aguirre “premiará” con recursos a las escuelas que no hicieron paro. A las demás las castigará con la inanición. Aguirre no ha entendido que “escuela” es, aparte de maestros (disidentes u oficialistas), niños estudiantes y padres de familia que esperan que la educación de sus hijos mejore. Aparte del uso discrecional de los programas y de sus visos electores ¿a quién castigará Aguirre? En efecto: a las escuelas más atrasadas y marginadas.

jueves, 23 de mayo de 2013

IGC: Diferencias 2



Yo, ciudadano
IGC: Diferencias 2
Gustavo Martínez Castellanos

     La Secretaría de Cultura de Guerrero o Por qué el ámbito cultural oficial guerrerense nació maldito. Hacia 1993, cuando regresé del D. F. algunos maestros, periodistas y escritores me preguntaban sobre la forma de publicar sus libros, y si, como periodista yo poseía alguna cercanía con funcionarios del IGC. Mis respuestas, siempre negativas, confirmaban su realidad de que si el gobierno no apoyaba a un egresado de la UNAM en Letras Hispánicas -y además periodista-, a ellos, menos les harían caso. La escasa información, la cultura en torno al IGC y otros hitos evitaban pensar que el IGC u oficina gubernamental de cultura a una década de su creación no se ocupaba de “eso”, sino de preparar los escenarios propicios para que el gobernador en turno pareciera intelectual -Ruiz Massieu, su creador, aún es reconocido como tal en algunos círculos locales-, en un pueblo cuyos grados de pobreza, analfabetismo e ignorancia eran -y son- de antología.
     Al ganar las elecciones de gobernador en 1993 Rubén Figueroa Alcocer hizo director del IGC a su hermano Alfredo, cuyo gusto por las más elevadas expresiones culturales universales jamás le dejó ánimo para voltear a ver el conglomerado depauperado que su hermano gobernaba y se rodeó no sólo de intelectuales nacionales e internacionales sino también de nobles europeos. Al conglomerado contestatario de aquel entonces –hoy enquistado en un ala del gobierno- como dijo Salinas: ni lo escuchaba ni lo veía.
     Aguirre Rivero relevó a Figueroa y creó a la Filarmónica de Acapulco; sólo que no como una instancia cultural que derramara beneficios y servicios culturales para todos, sino como un organismo que desde hace quince años ha dado solaz y esparcimiento a algunos sectores de Acapulco –y al resto del estado, de vez en vez- y que no ha sido capaz de crear una cultura musical local que redunde no en escuelas de clasistas o romanticistas, concretistas o minimalistas (wagnerianos o verdinianos), sino, cuando menos en una visión propia de nuestra música. O una estación de radio o de televisión que nos permita, fuera del Juan Ruiz y del festival localista, apreciar ese arte y su manifestación estatal. En cambio, durante algún tiempo sostuvo una escuela privada dentro de otra escuela privada –la Universidad Americana- a la que asistían sólo aquellos que podían pagar las colegiaturas.
     René Juárez dejó todo en manos de una ballerina y de su tortuoso marido, de cuyos nombres quizá nadie quiera acordarse. Zeferino Torreblanca leyó adecuadamente esa espiral descendente, no se quebró la cabeza y dejó al IGC en manos de sus secretarias. Durante su sexenio -hasta el regreso de Aguirre-, la cultura fue altamente democrática: nada para todos. Y aquellos maestros y periodistas vieron anquilosarse sus manuscritos, sin apoyos para salir a la luz. Condenado al olvido, ese conocimiento, hoy está perdido.
     A contrapelo, López Rosas y Félix Salgado le dieron vida a un grupito de chamacos altamente hedónico, buenos para el alcohol y el desmadre, que se pronunciaban sin cansancio por lo dionisiaco y en cuya bacanal se mostraron siempre dispuestos a inclinarse ante quien fuera que les soltara las riendas –y los recursos- del nicho cultural. Como éste crecía y se veía que dejaba buenos dividendos económicos y políticos, esos alcaldes, según su grado cultural e intelectual les soltaron ése nicho. Aguirre, empero, en un inusitado acto de contradicción a todas visas político cerró el círculo maldito dejando todo, además, en manos de agentes ajenos a Guerrero, su historia, su gente y su cultura.
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Un año sin Carlos Fuentes



Yo, ciudadano
Un año sin Carlos Fuentes
Gustavo Martínez Castellanos

     El próximo año se cumplen 60 de la publicación del primer libro de Fuentes, Los días enmascarados; un “libro de juventud”, escrito con sus padres –como reza la dedicatoria- “delgado volumen” de creatividad que mereció una inusitada respuesta de la crítica literaria de ese entonces, misma que incluía denuestos y alabanzas.
     Desde ese libro, Fuentes no dejó de llamar la atención, de concitar debate, de mover el punto de vista tanto de la literatura nacional y latinoamericana como de la visión que los mexicanos de esos años tenían de sí mismos.
     Una propuesta literaria de seis cuentos.
     En torno a Los días enmascarados, el opúsculo que inaugura una de las más grandes, sólidas y emblemáticas operísticas literarias del siglo XX en español, ha habido muy pocos estudios, si lo comparamos con dos de las siguientes obras del autor: La región más transparente y La muerte de Artemio Cruz; inclusive Aura tiene más menciones, análisis, tesis, estudios y aparece en más compilaciones que cualquier cuento de Los días enmascarados, (Las buenas conciencias exige otro tipo de análisis).
     Esto podría deberse a dos factores muy comunes en la visión de la literatura que la crítica tiene: Los días… es un libro de cuentos (mientras las otras tres son novelas) y es una obra “primaria”.
     Sin embargo, estas dos razones deberían haber llamado con mayor potencia la atención de la investigación y el análisis, sobre todo la segunda, debido a que en ella, como ha ocurrido con otras operísticas de autor altamente memorables, se encuentran anticipados muchos de los aspectos tanto temáticos como estructurales –y gramaticales- de lo que vendrá después.
     En ello estriba también la importancia del hecho de que sea un libro de cuentos: la plurivocidad y la diversificación en los temas encierra un fuerte indicio de las preocupaciones iniciales –y tal vez torales y definitivas- del autor.
     En el caso de Los días…, el cuento que se considera encierra mayor representatividad de estos aspectos es “Chac Moll”, sin embargo, en virtud de las observaciones expuestas parece ser que muy poco se ha reparado en el hecho de que ese cuento pertenece a una de las mitades de la temática del libro; ya que la otra propone otro tipo de preocupación.
     En efecto: “Chac Moll”, junto a “Tlactocatzine del jardín de Flandes” y “Por boca de los dioses”, exploran el universo de lo mexicano desde una óptica contemporánea al autor: las mitologías aún vivas, la confrontación pasado – modernidad; la sorpresa por la coexistencia espacial con dos universos tan disímbolos (ruptura ineludible en la línea temporal histórica) y la manifestación de un sentimiento de juventud como en muy pocos libros podríamos encontrar en la literatura en español. ¿Qué tanto de ello, sigue vigente?
     Carlos Fuentes, en tanto hombre de su tiempo, posiblemente previó que la persistencia de esas raíces y esas paradojas no eran sólo producto de una abrupta irrupción de modernidad sino de un proceso muy profundo y único que había que desglosar.
     El tema es rico, y a falta de espacio continuaré hablando de él en próximas entregas.
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Este jueves en la Alianza Francesa se inaugura la exposición pictórica del taller de Aída Espino “Recreando a Mona Lisa”; la invitación en Datos Adjuntos

¿Qué pasa en Guerrero? 2



Yo, ciudadano
¿Qué pasa en Guerrero? 2
Gustavo Martínez Castellanos

No es necesario hacer un análisis profundo sobre la actitud de Ángel Aguirre ante las demandas y protestas de la CETEG; el slogan que le impuso a su último evento público la explica con contundencia: “2do. informe de resultados”.
Para empezar debemos preguntar cuándo fue el primer “informe de resultados” y después tratar de descifrar a qué resultados se refiere: si a los buenos o a los malos.
En efecto, no hubo un primer informe, ni de gobierno, ni de nada –de hecho ni siquiera hubo una transición de poder porque Zeferino no se presentó a entregarlo- y éste informe que denomina “segundo” no se realizó el día primero como marca la costumbre.
Sin embargo, si esos datos no le importan a este gobierno ¿por qué habrían de importarle otros? En 1996 cuando Figueroa Alcocer fue defenestrado, Aguirre no era el único político en la lista de Chuayffet para sucederlo, pero era el único que reunía el perfil que el PRI necesitaban para no perder el poder en Guerrero ante las protestas de un PRD en ascenso gracias a los errores del PRI: tolerante, conciliador; pachanguero: un respiro en el aire aún viciado por el olor a pólvora que despedía el vado.
Aguirre ha acentuado ésa su naturaleza con la experiencia política que ha adquirido a lo largo de los años y con dos eventos más: la rentabilidad que deja la obra pública y el asesinato de los estudiantes de la normal de Ayotzinapa en diciembre de 2011.
Su prisa por desalojar hoteles en la zona tradicional, por remozarla, por venderla, no es sino el apéndice de su prisa por que su proyecto del Acabús fuera aprobado de prisa por el Congreso, al igual que su proyecto de macrotúnel Puerto Marqués-Costa Azul. 12 mil millones de pesos lo esperan para extender un macroproyecto turístico desde Coyuca hasta Zihuatanejo por lo que en lugar de fomentar la industria pesquera en esa zona con el proyecto Puerto Vicente Guerrero sus allegados hicieron un torneo de pesca de pez vela con su nombre. Aguirre no quiere conflictos. No tiene cabeza ni tiempo para atenderlos; por ello, aducen algunos analistas, deja de vez en vez el gobierno en manos de su secretario general de gobierno, en manos de sus sobrinos, en manos de su secretario particular. En las manos de quien sea; hay muchísimas en la nómina.
Por eso, quienes esperan su mano dura se equivocan; Aguirre negocia, convence; no confronta ni reprime: pacificó a las autodefensas y obtuvo una tregua con la CETEG para su “informe”. Ganadero de antes, espera los ciclos. Conoce bien los del PRD. Y comprobó que la sangre no se lava con nada con la muerte de los estudiantes de Ayotzinapa
Es mejor esperar. Tolerar más allá de los límites.
Pero ése esperar no ha sido sólo suyo, miles de ciudadanos piden seguridad en sus comunidades, en los balnearios, en carreteras. Los empresarios, certeza. La miseria crece. La corrupción se desborda. Nuevos cacicazgos han emergido y el viejo PRI enseñorea hasta en los desfiles más significativos. Esa tolerancia de Aguirre ha reactivado nuestra leyenda negra a nivel internacional. Eso, el abucheo en el Torneo de Tenis y la ausencia de su gran aliado, Slim, en sus últimos eventos, son los malos resultados. Ya se verán los demás de aquí a las elecciones del 2015 en que ya es imposible que el PRD gane. Pero a él ¿qué puede importarle? En casi cinco años habrá hecho excelentes negocios y si es posible habrá posicionado políticamente bien a su hijo. Ésos son buenos resultados. Lo demás, no cuenta.
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