domingo, 6 de abril de 2014

Cannes – Acapulco. Hermanamiento



Cannes – Acapulco. Hermanamiento

Gustavo Martínez Castellanos

     Se ha repetido con entusiasmo y certeza que las ciudades de Cannes, (Mediterráneo francés), y Acapulco (Pacífico mexicano) comparten dos grandes similitudes: son bahías y ambas tienen una fuerte vocación turística. Esta iteración, sin embargo, ha hecho que se pase por alto otros aspectos inherentes a sus similitudes, entre ellos –y quizá el de mayor potencia- el de sus nombres.

     Cannes
     Inicia su ascenso como ciudad hasta el siglo XI, cuando, debido a la presencia sarracena, los monjes que habitaban las islas Lérins (Santa Margarita y San Honorato, las más grandes) se trasladan a la pequeña bahía frente a éstas que desde el siglo II a.C. eran un punto de ingreso a tierra firme aunque estaba cubierta por pantanos. Es posible que de aquél entonces le devenga su nombre: “Cannes” que se puede traducir como “Cañas” debido a que éstas herbáceas surgen en abundancia en las orillas de los cuerpos de agua dulce.

     Acapulco
     Se asume que el puerto de Acapulco fue descubierto por adelantados españoles en el primer cuarto del siglo XVI, y aunque no se sepa con certeza si ese es su verdadero nombre se toma como cierta su descendencia nahua; así, Acapulco de la frase: Ácatl pol co, puede leerse en castellano como “lugar en donde los carrizos o cañas fueron destruidos”, o “lugar de carrizos arrasados”, presumiblemente a causa de una cruenta batalla entre pueblos autóctonos. Dicho nombre y sus significados encierran la historia de un largo proceso de nominación y traducción que hasta el día de hoy presenta muchas inconsistencias.
Aún con eso, la aceptación del nombre con el sustantivo Ácatl (caña) tiene un soporte en el hecho de que en la zona del primer Acapulco o el de los barrios históricos, así como en su vecina región noreste (el Parazal, Aguas Blancas), al igual que en la bahía de Cannes también había pantanos en los que, se cuenta, abundaba el parás, nombre regional de la caña.

Cañas y civilización
“Unas débiles cañas, decía Plinio, han bastado para someter, civilizar y suavizar las costumbres de los hombres. En efecto, de las cañas se han hecho las flechas, las plumas y los instrumentos de música” establece Vicenc Joaquin Bastús i Carrera en su Diccionario histórico enciclopédico en referencia a la importancia civilizatoria de la caña en Europa.
En el México precortesiano, la caña también proporcionaba profundos servicios civilizatorios, ya que sus astillas eran utilizadas como….
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Nos leemos en la crónica