Yo, ciudadano
Informes:
La vida es sueño
Gustavo
Martínez Castellanos
Supimos
que el PRI estaba completamente de regreso cuando vimos la foto del gobernador
de Guerrero supuestamente dormido porque quienes contamos con más de cuatro
décadas de vida en México y desde jóvenes nos dedicamos al periodismo pudimos
recordar que en sus últimos meses otro connotado priísta también solía dormirse
en los informes: el líder nacional de la CTM, Fidel Velázquez, quien a pesar de
que sus gafas oscuras impedían saber hacia dónde, a quién estaba viendo o si
estaba dormido, no podían impedir que se le vieran los cabeceos del agotamiento
por la edad y por lo soporífero de aquellas maratónicas tenidas de demagogia
pura que eran –y siguen siéndolo- las lecturas de informe presidencial de gobierno.
Sabemos
que el PRI está de regreso porque sabemos también que ante uno de los tantos
empujes modernizadores que vivió su partido, sus cúpulas se negaron
tajantemente a dar por terminado ese ritual que con el paso de los años ha ido
decayendo a grado tal que seguramente hoy Peña Nieto lamentó que aquellos
cambios no hayan operado.
Pero
el regreso del PRI no solo tiene que ver con el cansancio y aburrición que
genera un espectáculo cuyo formato ya es del todo tan inoperante que sólo sirve
para que twiteros y fecebuqueros practiquen la chunga en tiempo real, sino
porque ya es imposible que, en estos tiempos, un solo documento leído a una
sola voz, en un recinto erigido sólo para ese acto, en el entorno de una
diversidad de corrientes y de posturas de tantos funcionarios, políticos y
empresarios bajo un mismo techo, pueda pretender siquiera ponerlos de acuerdo cuando
menos en prestarle atención. Más aún en creerse sus contenidos. Sobre todo en
México en donde la política lo mismo sirve para satisfacer los deseos de poder
y dinero de cualquiera que alcance fuero que para que cualquiera termine en una
celda como les pasó a Gordillo y a Garnier, según los vaivenes de la justicia
mexicana.
Esperamos
que Peña Nieto se haya dado cuenta hoy de que el PRI y el gobierno necesitan
reformas estructurales. Romper inercias casi centenarias. Su Informe
presidencial –contenido aparte- dio cuenta también de que ante las
circunstancias su lectura seguirá obligando al Ejecutivo a vivir ese lastimoso peregrinar
para encontrar un recinto que la oposición o grupos lastimados en sus intereses
no puedan cercar o definitivamente tomar; sí, como a una fortaleza medieval: a
sangre y fuego. Ya lo vimos.
Aguirre
parece dormitar en su silla de invitado en esa carpa en los Pinos ¿se imaginan
si el informe hubiera sido en el Congreso; ahí donde diputados y senadores descabezan
de vez en vez una reparadora siesta? Y Aguirre ha sido diputado y senador.
Sin
embargo, no se le puede culpar por esa repentina falta de fuerzas para
enfrentar el acto protocolario más largo de nuestra republicana vida; no
debemos olvidar que en Guerrero las cosas pintan tan mal o peor que en el país para
Peña Nieto quien, cómo olvidarlo, a unos meses de haber sido ungido presidente
de México también se quedó dormido en el funeral de Hugo Chávez. Y nadie armó
tanto escándalo.

Nos
leemos en la crónica: gustavomcastellanos@gmail.com;
Ya
está en la red el nuevo número de www.culturacapulco.com; le hicimos
algunos cambios sugeridos por nuestros lectores. Los invito a visitarla y a
compartirla.
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