miércoles, 7 de diciembre de 2011

Britney Spears en Acapulco


Yo, ciudadano
Britney Spears en Acapulco
Gustavo Martínez Castellanos

La noticia de que la princesa del pop visitará Acapulco –aunque aún no sepamos cuándo- como lo declaró el gobernador Aguirre es una noticia interesante. En primer lugar porque da cuenta de que este gobierno puede traer una figura de la farándula de talla global, de menos de cuarenta años, y cuya fama no se haya gestado antes de 1990. En segundo lugar, porque reafirma la especie de que la agenda local sigue siendo dictada desde el D. F. (donde la diva ya se presentó y festejó su cumpleaños) y en tercer lugar porque es posible que el evento sea promovido como cultural de la misma forma que todos los demás hasta ahora realizados por este gobierno perredista: desde conciertos de rock hasta el “Cruce de culturas” pasando por “Acuérdate de Acapulco”, “El libro y la palabra” y “Acapulco en su tinta” cuyas potentes resonancias dan cuenta de los tremendos avances en materia cultural en Guerrero durante estos primeros ocho meses de gobierno.
Vista así, la presencia de Britney Spears en Acapulco reforzará el afán transculturizador del PRD que no ha cejado en su tarea de intentar borrar los más profundos e importantes estamentos de nuestra identidad suriana para trasplantar, a través de diferentes medios, una visión cultural urbana y centralizada a través de ese potente foco de emisión cultural que es la capital del país. Así, décadas de lucha por la defensa de las expresiones regionales se van al caño gracias al PRD.
En ese devenir han tenido mucho qué ver los medios de comunicación; a mediados del siglo pasado desde los timbres postales hasta el cine –sin obviar la radio- y ahora, la televisión, la internet y los periódicos. Sobre todo, los que han echado raíces aquí pero cuyas direcciones y anhelos no dejan de apuntar hacia el D. F. y su rarísima visión de nosotros: El Sur y La Jornada
Por todo ello, no sorprende que se haya aprobado un presupuesto de ocho millones de pesos para el rarísimo proyecto “cultural” de terminar una catedral en Acapulco. Si en la dinámica cultural local se destinan millones de pesos para encuentros de escritores del Pacífico, de escritores jóvenes y escritores guerrerenses, certámenes de Acapulco en su pinta en los que un grupúsculo maneja el dinero de forma tal que atiende y sirve a gente de fuera discriminando y despreciando a los de casa, ¿por qué no iba a ser posible que se destinaran ocho millones para terminar una iglesia? Si, para culturizar a Acapulco y a Guerrero, se traen bandas de rock extranjeras y del D. F., comediantes Stand up y grafiteros de la capital del país, trovadores cubanos y norteamericanos y octogenarios actores franceses y divas españolas ¿por qué no se iban a autorizar ocho millones para un edificio religioso?
Más aún, si en los cortísimos periodos que han estado fuera del presupuesto esos escritores jóvenesguerrerensesdelpacífico protestaban por falta de recursos y ahora que son burócratas y están enquistados en los presupuestos del IGC están tan calladitos ¿por qué no se habrían de aprobar ocho millones de pesos para un proyecto como el de esa catedral?
Todo está revuelto. Para alabar y limpiarle el rostro al ex director de cultura de Acapulco, José Dimayuga, El Sur publica los panegíricos del empleado de la Universidad Loyola del Pacífico, Xavier Reyes Martínez; pero para protestar por el desvío de los recursos de la cultura local no lo busca ni lo cuestiona. De la misma forma, El Sur no ha buscado la calificadísima opinión al respecto de otras estrellas suyas como Antonio Salinas, Iris García, Federico Vite, Carlos Ortiz, José Dimayuga, Giovani de la Rosa (de reciente adquisición) y Citlali Guerrero, la eterna burócrata. A leguas se ve que El Sur los está protegiendo porque el tema es delicado y pueden, como casi siempre, soltar una que otra estupidez. Y además, porque ahora que también ellos sangran al presupuesto, ni drogados (o ebrios, total: para ellos todo “es de alcohol y desmadre”) se atreverían a cuestionar ni con el pensamiento a sus gravísimos patrones: el politburó perredista y a funcionarios –de cualquier partido- porque éstos podrían preguntarles a su vez: Y tú ¿cuánto has robado?
Tampoco hemos escuchado la opinión de Alejandra Frausto, quien la semana pasada filtró en Proceso que el presupuesto de Cultura asignado es tan bajo que tiene que hacer uso del presupuesto de Turismo. Ahora cuenta con ocho millones menos ¿y no dice ni pío? La merma fue para el pueblo, pero desde el presupuesto de gobierno; sería bueno que el gobernador –o cuando menos su secretario de Finanzas (o su vocero)- también opinara al respecto: ¿dinero público –y de cultura- para terminar una iglesia?
Quienes también están muy calladitos son nuestros diputados federales quienes aprobaron esa aberración pasándose por el arco del triunfo todo republicanismo, laicismo gubernamental y juarismo obligados. ¿De quién  habrá sido la idea de invitar al arzobispo Garfias Merlos a presentar como proyecto cultural la terminación de una iglesia? ¿De Ríos Píter? ¿De su canchanchán, Ilich Lozano? ¿Del entusiasta Fermín? ¿De Claudia, la de ilustres apellidos? ¿Moreno Arcos, Carabias, Salgado, Florentina, Albarrán, Aguirre? Porque no pueden negar que aprobaron esa designación de recurso entre todos. Pero ¿quién le dio entrada? ¿Quién?
Es evidente que de no corregirse este desvío de recursos sentará precedente y de ahora en adelante cualquier congregación –religiosa o no- podrá meter sus proyectos particulares a los presupuestos de cultura y al rato tendremos muchos edificios de particulares o de cofradías pagados cómodamente con nuestros impuestos. Mientras tanto, escritores, artistas e intelectuales locales siguen sumergidos en un silencio cómplice. De esa profundidad es su preocupación por Guerrero.
Concuerdo con el arzobispo Garfias Merlos en que lo “caido caido” y “a rajarse a su tierra”; si al Teletón el Congreso local le regaló 36 millones y a los jovenesguerrerensesdelpacífico les dan lana a cada rato nomás para venir a embriagarse (con cuates y todo) ¿por qué a la Iglesia Católica que ha pugnado por la paz, que ha excomulgado a los narcos y ahora hasta alfabetiza le iban a negar el dinero que necesita para terminar un templo? En lo que no concuerdo es en que, en tanto cultura, la religión (y sus iglesias) quieran ingresar a los presupuestos del rubro porque si así es la cosa, ¿qué vamos a hacer cuando hasta las sinagogas, -pasando por las iglesias protestantes y las mezquitas (que también las ha de haber en Guerrero)- quieran su parte del presupuesto? Esta aberración de nuestros legisladores volvió caja chica de toda obra pía o asistencial al golpeadísimo y raquítico presupuesto de cultura. Y si ya la cosa cultural local estaba mal, ahora quedó peor.
Los diputados que metieron al presupuesto en este embrollo están obligados a remediar esta situación y evitar que vuelva a ocurrir, la cultura en Guerrero necesita lana, no salir trasquilada.
En ese afán, también la Iglesia debe procurar respetar las formas; un templo en obra negra no puede ser un proyecto cultural. La religión y la espiritualidad como expresiones humanas regionales sí son manifestaciones culturales, si el proyecto buscara financiar estudios y análisis de esas expresiones en Guerrero yo lo defendería a capa y espada porque desde hace años he propuesto ese análisis entre otros que dan cuenta de nuestra identidad como guerrerenses. Pero para terminar de construir una catedral, la iglesia ecuménica y milenaria tiene otros eficaces mecanismos. Fidus.
Ante estos y otros desatinos que dejan profundas huellas en esta praxis gubernamental del PRD no nos sorprendería que la visita de Britney fuera preparada como evento cultural; total, si de ese presupuesto se saca hasta para hacer concursos y encuentros literarios amañados ¿por qué no se le habría de pagar la visita a la Britney? (Mejor que el IGC invite a Bob Dylan, quien además tiene una bella canción llamada Goin’ to Acapulco. “And I'm just the same as anyone else”)…
Varia. Ante la demanda de información sobre los puntos de venta de Siete modelos femeninos para William Shakespeare informo: el libro se vende por Internet (http://www.editorialpraxis.com) de dos formas: la clásica, con tarjeta de crédito o débito en mano; o a través del depósito a una de estas cuentas (56511564868 Santander-Serfín; Carlos Adampol Galindo), (2648690995 Bancomer; Carlos Humberto López Barrios) el monto del libro ($100.00 cien pesos) más $30.00 para cubrir el envío a cualquier parte de la república (si se compran $200.00 o más, el envío es gratis); escanear la ficha y enviarla con la dirección y el nombre del comprador a carloslopez@editorialpraxis.com; antes de una semana el (los) libro(s) llegarán a su domicilio.
En Acapulco, sólo puede comprarse en la papelería “Papel Martínez Hnos” sita en Av. Ruiz Cortines No, 19; junto a la Facultad de Turismo.
Y no, no fui a la Feria Internacional del Libro. Gracias por preguntar. 
Nos leemos en la crónica gustavomcastellanos@gmail.com

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