miércoles, 30 de marzo de 2011

José Agustín: Diario de un brigadista


Yo ciudadano
José Agustín: Diario de un brigadista
Gustavo Martínez Castellanos
Había una lógica bella y humana en recurrir
a los adolescentes para alfabetizar el país

A sus diecisiete años José Agustín terminó su primera obra: Diario de un brigadista, antes de La tumba, que aún corregía en esa  época. En él registró diez meses de su vida como alfabetizador en Cuba. En ese registro asoman ya las estructuras y temáticas del universo joseagustiniano en marcada intersección con su cultura mexicana.
Parte medular de esa cultura es su identidad suriana: “Me puse a tararear: por los caminos del sur vámonos para Guerrero” y surgió “el recuerdo de mis papás, mis hermanos y mi casita” (14). El entorno lo absorbe: “Íbamos adentrando en montañas leves, llenas de vegetación que a mí me recordaban una barbaridad los rumbos de la Costa Grande guerrerense” (19). Por ello, Los Alfonsos -pueblo de paso-, le “recuerda horrores Los Arenales, el pueblito guerrerense de donde viene buena parte de mi familia” (21). En la Habana cuando lo llevan a nadar “al otrora Club Náutico” compara: “la playa no le llega ni a los talones a las acapulqueñas” Sin embargo accede a asolearse: “Jamás, ni en mis viejas épocas de Acapulco me había quemado tanto” (44). Julián un “enano de doce años que es una verdadera ladilla” lo remite a su gente: “habla hasta por los codos, y no tiene la menor idea de que es la inhibición. Me recordó a los niños semejantes de Acapulco, allá les dicen que son muy lisos”. Parece que habla su nostalgia, pero lo hace su sentido de pertenencia.
La otra parte de su identidad aflora en las referencias a México como país, como ciudad, como hogar: “Le encargué a dos niñitos que en México serían boleros o algo así, una botellita de Bacardí y pronto pasó a mejor vida” (15).  “Hoy cumplo diecisiete años. Desperté relativamente tarde, recordando la algarabía en mi casa: las mañanitas” (21). “Recuerdo la imagen de la esquina de Insurgentes y Yucatán, con el insultante anunciote de zapatos Canadá, que ahora me parece embelesante” (31)
Y mientras se cronica, José Agustín elabora sin respiro el libérrimo postulado verbal que lo ha universalizado. Y aparecen los albures, el caló, la licencia lingüística que termina siendo abuso: “El Ché hablará en la noche. Ya vas”. “Y nosotros escuchamos al Che Güevotes” (29). “Margarita y yo salimos a comprar puyas, un dulce de azúcar quemada y coco. Carajo, una pinche cocada” (31). “Alexis, el Intelectual Campirano, habló muy bien aunque un tanto afidelcastrado” (33). “El chofer nos llevó a casa de Rita donde sólo estaban ella y su camote Abelardo” (40). “Si tiene hoyo onque sea de pollo” (58). “Somos la brigada Mamado Boyítez” (Conrado Benítez) (75). “Sigue la onda” (32).
En este derroche, no sólo el castellano pierde su castidad y su función primitiva de forma comunicativa y estética sino también otros idiomas: “Margarita se hallaba, al parecer, muy contenta (mais-jusqu’á?)” (20). “Después del sex bei sex minus liebe, la Dalton se fue a ordeñar a otro lado” (32). Mrs. Margarita del Salto, san e parler plus; e io full time naco” (41) “Por suerte no sabía que nosotros estábamos ahí sino hasta de puto me hubiera acusado. Puto mais catholique” (72). “¡una máquina d’ecrire!” (73).
Diario de un brigadista no sólo es el documento o testimonio de un acapulqueño alfabetizando en Cuba en 1961, es un texto cuya propuesta abarcará una parte importante de la literatura mexicana del siglo XX, y de la centroamericana, aún varios años después.
Nos leemos en la crónica gustavomcastellanos@gmail.com

lunes, 28 de marzo de 2011

Erradicar el analfabetismo


Yo, ciudadano
Erradicar el analfabetismo
Gustavo Martínez Castellanos

Este viernes primero de abril, uno de los primeros actos de gobierno del gobernador Ángel Aguirre Rivero será echar a andar el plan de erradicación de analfabetismo en Guerrero. Acto que puede ser considerado como punta de lanza de un proyecto de gobierno que entiende desde sus fundamentos la naturaleza de los rezagos que vive nuestra entidad.
Para esta tarea, el gobernador Aguirre Rivero ha pedido asesoría a Cuba, primer país que erradicó el analfabetismo en América (desde 1961), y que ha apoyado en esa tarea a otros países del mundo; entre los primeros, Venezuela, Bolivia y Nicaragua.
En Guerrero, el analfabetismo ha apuntalado el establecimiento y la consolidación de grupos de poder que han impedido el ingreso de los beneficios del mundo moderno y de la asistencia gubernamental en diversas regiones rurales y  urbanas la entidad.
La relación analfabetismo–rezago, es fuerte. En 29 años los esfuerzos del IEEJAG, organismo creado ex profeso, no han dado los resultados esperados, aún con el apoyo de la Cruzada de Alfabetización “Ignacio M. Altamirano”, creada por Juárez Cisneros. Algunos de sus principales obstáculos han sido -aparte de nuestra topografía y lo disperso de nuestras comunidades-, los cotos de poder, los usos y las costumbres. La lengua. Y, por supuesto, la corrupción, ese cáncer que ha cubierto buena parte de la SEG como organismo.
El proyecto de gobierno de Ángel Aguirre asume que para arribar a los beneficios de los programas de asistencia a que esas regiones son meritorios, el ciudadano debe conocer por sí mismo –sin intermediarios- los elementos que los conforman poniendo énfasis en sus derechos y sus responsabilidades. La reactivación económica, política, social y cultural de nuestras regiones debe realizarse con el compromiso explícito de todos los involucrados y la certeza de que en cada compromiso contraído el ciudadano está conciente de todos los elementos tanto administrativos como legales correspondientes y, a su vez, del ejercicio de los mismos en la consecución, conservación y resultados de esos beneficios.
En Guerrero existen cerca de 350 mil ciudadanos en situación de analfabetismo. Tal cifra parece no preocuparle a muchos; empero, la sola existencia de zonas de oscuridad en las que ellos “conviven” con el resto del estado contraviene a nuestras constituciones, a buena parte de nuestros reglamentos vigentes y echa por tierra la visión administrativa y social de todo gobierno. No es justo que ellos estén escindidos de la modernidad. No puede haber democracia si existen esas zonas. En la misma tesitura, también si las hay en materia de Justicia y Derechos Humanos. Alfabetizar es el primer paso. Es fundamental.
Por ello, el uso del método cubano Yo sí puedo, resulta estratégico, pues ha dado excelentes resultados en 16 países y en más de 10 formas de expresión lingüística. En Guerrero lo implementarán alumnos de la UAG que realicen su servicio social.
El retorno. Hace medio siglo, en Cuba, un joven acapulqueño de 16 años se sumó con mucho entusiasmo al proyecto educativo de los revolucionarios castristas; ese joven acapulqueño es José Agustín, nuestro gran escritor, quien hace seis meses presentó en la ciudad de México su libro Diario de un brigadista en el que registró día a día su actividad como alfabetizador de la Brigada “Conrado Benítez” en la que trabajó por espacio de un año. Medio siglo después, mucho de lo que dejó este costeño nuestro en la bella Cuba regresa a Guerrero gracias a la visión de Ángel Aguirre Rivero. Enhorabuena.
Nos leemos en la crónica gustavomcastellanos@gmail.com

viernes, 18 de marzo de 2011

La OFA: reencuentros


Yo, ciudadano
La OFA: reencuentros
Gustavo Martínez Castellanos

Este primero de abril, una vez ungido gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre tendrá un reencuentro especial: como primer mandatario volverá a saludar al director de la Orquesta Sinfónica de Acapulco, maestro Eduardo Álvarez, con quien en 1998 creó ese conjunto de música clásica para satisfacer una necesidad de nuestra cultura local.
En efecto, de las innumerables obras que Aguirre erigió para nuestro estado, la Orquesta Filarmónica de Acapulco es la única que conserva a su primer y único director. Su otro creador. Con su permanencia Eduardo Álvarez ha demostrado además que, al paso de los sexenios, su incuestionable capacidad para conservar su puesto se debe principalmente al trabajo profesional y continuo y a resultados limpios y comprobables.
Hacia 1997, Álvarez era director de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México. Un día, un funcionario guerrerense lo localizó para pedirle que realizara  otro disco de música regional (ya había hecho algunos para otras entidades). Él aceptó. Más tarde fue invitado a visitar Chilpancingo. En esa reunión conoció al gobernador Ángel Aguirre, su anfitrión, quien le pidió que seleccionara las piezas más significativas de la fonoteca guerrerense -que en ese momento le entregaba en discos- y las elevara a nivel sinfónico. Álvarez volvió a aceptar. A unas semanas de presentar el resultado de su trabajo, Paulina azotó la costa suriana y el evento tuvo que esperar. No mucho; en la agitadísima agenda de Aguirre logró abrirse espacio una cita en la que ambos pudieran escuchar el correspondiente demo. Aquellas amadas piezas que conocimos y siempre escuchábamos con voces terciadas y guitarras locales, ahora arregladas e interpretadas sinfónicamente, significaron una potente cascada de luz en el corazón adolorido de aquel gobernador atribulado por la tragedia y el desastre provocados por el meteoro. Emocionado en grado superlativo, y aún atrapado por la magia del reencuentro con sus raíces musicales, Aguirre aprobó el trabajo y apremió a Álvarez a terminar el disco.
Sobra decir que, en esa empresa, Álvarez puso todo lo que él era a través de su experiencia en el arreglo, orquestación, dirección y grabación musicales. Experiencia respaldada por instituciones como el Conservatorio Nacional y la Escuela Superior de Música, pero, sobre todo, por la idea de pertenencia que anima a los capitalinos. Propiciada, a su vez, por su temeraria infraestructura cultural en la que, amén de contar con los mejores institutos de investigación y análisis de América Latina, cuentan con tal número de museos que es la de México, en el mundo la ciudad que más posee. Y, por el hecho de que ella misma es, nivel a nivel, un museo vivo. Único en el orbe. Algo que en Guerrero no podemos encontrar pero cuyos parámetros de análisis y creación no nos caería mal erigir bajo la conducción de una mano profesional y experimentada. Como la de Álvarez en nuestra música quien ha trabajado tan bien que no sólo lo ha hecho para tres gobernadores seguidos, sino que este primero de abril –bromeo-, con Aguirre, iniciará a repetirlos.
Es verdad, Aguirre también se reencontrará con el Tecnológico de Costa Grande, el Instituto Estatal de Cancerología y El museo Interactivo Infantil “La Avispa” entre otras obras suyas de igual valor y trascendencia, pero sólo en la Sinfónica de Acapulco hallará a quien le dejó la batuta. Será interesante verlo tomarla  nuevamente.
Nos leemos en la crónica gustavomcastellanos@gmail.com

miércoles, 16 de marzo de 2011

Aguirre en Los Pinos


Yo, ciudadano
Aguirre en los Pinos
Gustavo Martínez Castellanos

La visita que al secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales realizó Ángel Aguirre tiene una intención económica y social estratégica con base en el cuidado –y la explotación responsable- de los recursos naturales de Guerrero. La tala de nuestros bosques, los residuos de minas, la preservación y pureza de nuestros cuerpos de agua, son problemas que en Guerrero adquieren otra dimensión porque nuestros ecosistemas continuamente se ven amenazados, entre otros aspectos, por su colindancia con el centro del país, -que no siempre es una ventaja-, y por las condiciones de atraso creadas por el caciquismo que han impedido que la población suriana desarrolle, también, una conciencia ecológica adecuada a su entorno. Además de la enorme falta de conocimiento de nuestro entorno, sus mecanismos y de las bondades de poseer conciencia ecológica.
De todo ello dan cuenta las noticias de la muerte y el acoso contra luchadores sociales –principalmente campesinos- como saldo del embate de grandes compañías que pretenden alzarse con sus tierras y sus riquezas a través de componendas jurídicas y el apoyo de gobiernos corruptos. Ante las agresiones del mundo tecnificado contra esa parte de lo que somos no tenemos réplica; en parte, porque a los centros urbanos llegan tarde y mal las noticias de esas agresiones y, además, porque carecemos de argumentos adecuados, medios tecnológicos y/o, filosóficos, para replicar, ya que los administrativos se ponen de su lado.
Así, nunca entenderemos que el rechazo de esos pobladores contra esas compañías que anhelan incursionar en nuestro estado es porque no sabemos que en el fondo rechazan que sus cuerpos de agua sean contaminados, que se transforme sus hábitats en socavones y basureros de residuos minerales y sus bosques en desiertos.
Esta lucha tuvo su referente más temprano en la primera mitad del siglo XX con la construcción del Acapulco que no sólo sepultó áreas verdes cuyas especies hoy están protegidas por leyes internacionales –como el manglar- sino que también desapareció vestigios arqueológicos y sitios sagrados. Peor aún: la visión rapaz en la erección de nuestra ciudad derivó en el caos urbanístico que diariamente vivimos y la falta de servicios públicos que inclusive últimamente nuestros visitantes también han tenido que sufrir.
No tenemos toda la información que necesitamos. Y la poca que poseemos ha sido tan manipulada por los grupos de poder -tanto políticos como privados-, que es difícil establecer un panorama claro de lo que la naturaleza aún tiene para nosotros. En el caso de Acapulco lo hemos estado viendo con mayor frecuencia desde Paulina; en el caso del estado, sólo nos enteramos cuando los grupos humanos que viven inmersos en esa realidad prístina logran elevar sus voces de protesta. Lo lamentable es que con tantos avances en materia de Derechos Humanos aún no hayamos desarrollado una conciencia ecológica ni leyes adecuadas que privilegien el uso y la explotación responsables de nuestros recursos. Por ello es que la visita de Aguirre a Semarnat tiene un valor estratégico para Guerrero.
Amén de ello, y creo que como un cierre simbólico de su gira ante las instituciones federales, a las 11:00 de la mañana Ángel Aguirre fue recibido por el presidente de la república Felipe Calderón, en la residencia oficial de los Pinos con quien seguramente sostuvo una larga charla sobre los problemas primordiales de Guerrero y la forma en cómo ambos gobiernos trabajarán para solucionarlos y detonar el desarrollo de la entidad.
Nos leemos en la crónica gustavomcastellanos@gmail.com.

sábado, 12 de marzo de 2011

Aguirre, el pasado


Yo, ciudadano
Aguirre, el pasado
Gustavo Martínez Castellanos

Recientemente Aguirre Rivero estuvo en la UNAM. Visitó al rector de la máxima casa de estudios para gestionar apoyos educativo y científico para Guerrero.
No es que durante el interinato Aguirre haya perdido contacto con su alma mater, sino que ésta es la primera vez que ingresa como gobernador electo al campus que lo vio crecer y titularse como economista –también estudió en C. U-. Visto así, esta visita, tuvo una importancia significativa (simbólica) para él. Y posiblemente para nuestro estado.
Por ello, es curioso que, a mes y medio de que ganara las elecciones más concurridas de nuestra historia, ninguna crónica haya intentado incursionar en su alma y relatar no sólo sus fobias y apegos políticos sino aquello que lo mueve de manera más profunda.
La biografía de Aguirre lo eleva como personaje de un texto  que anticipa grandes cambios. Sobre todo, porque le tocó vivir una época de profundas transformaciones. Él ha sido, al menos estatalmente y en la parte nacional correspondiente a la geografía electoral, un factor de esos cambios. Empero, hasta ahora nadie ha hecho la observación pertinente ni le ha preguntado si se ha tomado un respiro para hacer un recuento interno y observar el tramo salvado de este periplo que también compete a los surianos.
Si pudiéramos acceder a uno de sus más significativos momentos yo escogería ese en el que después de la vorágine de las elecciones pudo aquilatar el triunfo y volteó a su redor y vio que los rostros de quienes lo acompañaron durante los 30 años de su carrera política no estaban ahí. Ni sus símbolos, ni sus banderas, ni sus nostalgias. Ni sus voces.
Ahora Aguirre no podrá charlar con cualquiera de sus secretarios de estado y decirle: ¿Te acuerdas de? sin que una sensación blindada por una durísima cáscara de soledad lo atrape y lo confunda. De eso, sólo pueden salvarlo sus compañeros priístas que continúan a su lado. Por ello, al mirar a un Humberto Salgado encanecido por una lealtad a prueba de todo, cualquiera puede entender que, para Aguirre, la calidez de su presencia va muchísimo más allá de la fortaleza que le representa tener en él un colaborador de oro porque es, además, la constatación de que todo ha pasado pero que, aún sobre eso, Aguirre ha podido, cuando menos, salvar una idea de sí mismo y de la amistad. Y de la lealtad.
Empero, ante un gobierno que quizá perfiló de otro modo y con otros actores; aún tiene una deuda con la soledad y con su necedad por no desaparecer; aún con los mejores esfuerzos por conjurarla. Por ello, su regreso a C. U. es que resulta más que protocolario.
¿Qué recuerdos acudieron a su memoria ante Economía, “las Islas”, Rectoría y Biblioteca Central mientras en su bolsillo palpitaba el nombramiento de gobernador electo?
Es difícil saberlo. Seguramente habrán sido de satisfacción por haber pagado con esa visita y a tiempo muchísimas de las deudas que quizá tenía con sus más queridos fantasmas. Esa sensación ¿será la misma cuando vuelva a ingresar a Casa Guerrero y ocupe la misma oficina y las mismas habitaciones de hace tres lustros? ¿Cuando constate que ha regresado? ¿O cuando sienta que el tiempo se ha estancado en algún rincón de la finca? Quién esté ahí para atestiguarlo ¿podrá dar cuenta ello? y, además, ¿podrá hacerlo con la pureza que el momento exige? Dentro de medio mes Aguirre será otra vez gobernador de Guerrero. Ese retorno también significa una larga charla con las voces que le hablarán desde el pasado.
Nos leemos en la crónica gustavomcastellanos@gmail.com

jueves, 10 de marzo de 2011

Aguirre: un mes III


Yo ciudadano
Aguirre: un mes III
Gustavo Martínez  Castellanos

Algunos lectores me han hecho llegar sus inquietudes respecto a la forma en cómo Aguirre va a repartir los recursos que está gestionando ante el gobierno federal. Se quejan de que los gobiernos “bajan” recursos y los aplican mal, o se los roban; como se ha denunciado en los medios. Ante esas inquietudes no puedo hacer más que recordar lo que expresé al inicio de su campaña: “la ventaja de que Ángel Aguirre sea postulado por una coalición respaldada por una diversidad de expresiones es que en caso de ganar se formaría un gobierno en el que todos estaríamos representados y todos vigilarían las manos de todos”. Semanas después, el candidato propuso erigir la figura de Revocación de Mandato a la mitad del periodo. No estuve de acuerdo con el candado pero admití que el hecho de que lo propusiera el candidato ya era un avance. Ahora, después de leer los comentarios de mis lectores, reconocí una vez más el alcance de Aguirre por adelantarse a los hechos.
Las figuras político-administrativas son sólo parte de nuestra vida democrática. También existen la denuncia y la competencia. En este mes Aguirre ha puesto a prueba la suya. Comprobaremos qué tan eficaz ha sido cuando veamos qué cantidad y calidad de recursos atrajo para Guerrero. Nos conviene tener un gobernador competitivo. Nos conviene seguir su ejemplo. Con esa idea cerré mi texto anterior.
Empero, en Guerrero no todos estamos en igualdad de condiciones para competir. Nuestras zonas marginadas, principalmente las rurales, generan un tipo de ciudadano que no ha tenido oportunidades suficientes para acceder a herramientas y a la capacitación que impulsen su competitividad. Ellos requieren atención especial de los gobiernos para evitar que su grado de marginación los margine más. Los demás ciudadanos debemos observar y denunciar las incongruencias de esa realidad con los planes de gobierno.
Nuestra vida democrática también observa la solidaridad (hoy, muy degradada por una idea rapaz de la asistencia). En ella, los ciudadanos se unen con base en un proyecto y realizan actividades que benefician a su colectividad. En Acapulco realizamos uno con el que además generamos dinero con qué apoyar a nuestra principal biblioteca; publicamos 14 libros, formamos 14 escritores; conseguimos nueve premios literarios y muchas becas. Todo, en dos años. Sin el apoyo de ningún gobierno porque, desafortunadamente, los teníamos en contra a causa de su idea malsana de la aplicación de los recursos de cultura.
 ¿Qué tanto hubiéramos logrado si el gobierno no hubiera intentado aplastarnos ni nos hubiera perseguido con sus periódicos a destajo? Probablemente hubiéramos conseguido resultados exponenciales y hubiéramos transformado, para bien, en todos sus órdenes, nuestra ciudad. Nuestra alta competitividad generó el rechazo de los grupúsculos y los celos bastardos de esos gobiernos corruptos. Ante hechos concretos como éste, es lógico que los ciudadanos duden de la forma en cómo los gobiernos usarán el poder que les otorgamos.
Creo que esa es la base de aquellas inquietudes. Por ello, creo que es importante que el gobierno de Aguirre maneje reglas claras y ubique en los puestos administrativos a los más capacitados y a quienes han demostrado una auténtica preocupación por el bienestar de Guerrero. Pero también es importante que los ciudadanos estemos muy pendientes de sus actos de gobierno y señalemos lo que consideremos incorrecto o lesivo a los intereses del pueblo cuando se dé el caso. El ejercicio de gobierno, pues, nos compete a todos. Servidos.
Nos leemos en la crónica gustavomcastellanos@gmail.com

domingo, 6 de marzo de 2011

Aguirre: un mes II


Yo, ciudadano
Aguirre: un mes II
Gustavo Martínez Castellanos

Las reuniones que el gobernador electo, Ángel Aguirre, ha sostenido con los titulares de Turismo, Gobernación y Marina Armada encierran una significación especial que radica en aspectos de cuyo sólo mencionaré algunos. El más importante es el que conjunta el Turismo con la Seguridad, tanto interna, a cargo de Gobernación; como “externa”, a cargo de las fuerzas armadas. Esencialmente la Marina Armada de México que en el último año ha jugado un papel inédito en la lucha contra el narcotráfico en respuesta a la confianza que el presidente Felipe Calderón ha depositado en ella para esta tarea y, también, debido a la logística que dicha institución ha desarrollado para actuar, inclusive, lejos de la costa.
Estas reuniones deben insertarse en el marco del proyecto que el 27 de febrero expuso el ejecutivo federal para convertir a México en la quinta potencia mundial en materia de Turismo, que significaría pasar de ser el décimo captador mundial de visitantes extranjeros (22 millones 300 mil, en 2010) a 50 millones, que dejarían una derrama de 40 mil millones de dólares al año. El proyecto presidencial abarca aspectos que van desde la modificación de los artículos 27, 28 (y posiblemente el 4º) constitucionales, hasta el mantenimiento del gasto de inversión en infraestructura en el equivalente a 5% del PIB de cada año. Su presentación se da en un momento en que la lucha contra el narco ha hecho resentir más la falta de seguridad en los destinos turísticos nacionales. Pero también en el momento en que hay cambio de gobierno en el estado de Guerrero después de un proceso electoral que mantuvo a la expectativa no sólo al ámbito político nacional sino al económico debido al poder de captación de turismo que Guerrero posee. Que el presidente haya esperado hasta ver quién ocuparía Casa Guerrero para dar a conocer este ambicioso proyecto significa un voto de confianza para Aguirre Rivero a quien felicitó unos días antes de hacer el anuncio y a quien el PAN, su partido, apoyó declinando por él en los comicios.
Así, observamos que para este gobierno el eje del desarrollo económico de Guerrero tiene en la actividad turística un elemento aglutinador en cuyo entorno se apoyará en gran medida el proyecto de gobierno que Aguirre adelantó en su campaña y que se espera asiente las bases para generar condiciones de desarrollo que extraigan a Guerrero de sus ancestrales rezagos y lo inserten en la vía del progreso por los próximos treinta años.
De esta forma, la actividad administrativa y política que Aguirre inició a realizar, inclusive desde antes de recibir la Constancia de Mayoría que lo acredita como Gobernador Electo del Estado de Guerrero, adelanta su proyecto y, además, lo aleja infinitamente de Zeferino Torreblanca quien, hace seis años, cuando le preguntaron si sumaría su gobierno a la lucha contra el narcotráfico él respondió: “Ni quiero, ni puedo”. Aguirre, desde este febrero, con suma experiencia ha iniciado a establecer, con las entidades federales, las bases para enfrentar esa lucha a partir de la generación de condiciones de trabajo y desarrollo en un ámbito de gobernabilidad en el que la inseguridad no entorpezca ni amenace la vida de los guerrerenses ni de nuestros visitantes. De esta forma Aguirre dice: “Sí quiero. Y, de esta manera, sí podemos” hacer frente a cualquier problema en Guerrero.
Ante ese esfuerzo que está realizando cabe preguntarnos ¿estamos dispuestos a trabajar con él y a su paso? Sólo hay una respuesta: debemos querer pues se trata de trabajar por nuestro futuro y el de nuestras familias. Se trata de trabajar por el futuro de Guerrero.
Nos leemos en la crónica gustavomcastellanos@gmail.com

jueves, 3 de marzo de 2011

Aguirre: un mes


Yo, ciudadano
Aguirre: un mes
Gustavo Martínez Castellanos
Este jueves, el gobernador electo Ángel Aguirre Rivero cumple un mes de visitar las principales instancias federales para saludar a sus titulares, exponerles su plan de gobierno, pedirles su apoyo y gestionar recursos para Guerrero.
Esta práctica lo distancia más de Torreblanca Galindo, quien después de atestiguar el “No nos falles” del electorado desapareció de la escena local y un mes más tarde se supo que se había retirado a descansar a Estados Unidos. Posteriormente se sabría que había ido a ese país a gestionar inversiones para Guerrero. Comprobamos que fue cierto cuando vimos los altísimos costos -tanto sociales como ecológicos- de sus proyectos.
A contrapelo, la noche de este 30 de enero, cuando la tendencia que le daba el triunfo era irreversible Aguirre fue al zócalo, escuchó el tradicional “No nos falles” y descansó el día siguiente. El martes hizo un recorrido al centro del estado y el miércoles ya andaba en el Distrito Federal avanzando la tarea para cuya concreción sólo tiene cuatro años y medio.
En esa su estancia en la capital del país Aguirre volvió a entrevistarse con presidentes de empresas nacionales. En una entrevista de radio trasmitida el viernes 04 informó que entre ellos estaban los de ICA, GMD, GEO y de 15 empresas más. La realización expedita de esos trámites que bien podría hacer una vez investido nos dice que Aguirre es un hombre que conoce a la perfección el trabajo de gobierno que le aguarda, pero sobre todo, que sabe con certeza en qué circunstancias recibirá la estafeta tanto en Guerrero como en el gobierno federal con el que, en algunas de sus secretarías, Zeferino no abundó en su labor administrativa. Sólo el domingo 06 vino a Chilpancingo recibir la constancia de mayoría que lo acreditaba como Gobernador Electo del Estado de Guerrero y luego volvió a irse.
El martes recibió la felicitación del presidente Calderón por su triunfo y en esa misma semana se reunió con el Secretario de Salud, José A. Córdova Villalobos, en compañía del senador Lázaro Mazón. En la siguiente semana y en compañía del diputado Ríos Píter fue recibido por el titular de SAGARPA, Francisco Mayorga. El martes 15 estuvo en Acapulco en una reunión con Torreblanca Galindo. El lunes 21 se reunió con Francisco Blake Secretario de Gobernación, en compañía del licenciado Humberto Salgado. El miércoles 23 se reunió con Gloria Guevara, Secretaria de Turismo y con Dionisio Pérez Jácome Secretario de Comunicaciones y Transportes, lo acompañó el diputado federal Ángel Aguirre Herrera. El jueves 24 se reunió con José Luis Luegue titular de la Comisión Nacional del Agua,; y con Xavier Abreu Sierra, director General de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas. El 28 de febrero se reunió con Bruno Ferrari, Secretario de Economía, lo acompañaron los diputados federales Armando Ríos Píter y Angel Aguirre Herrera y el diputado local Víctor Jorrín. El martes 01 de marzo se reunió con el Secretario de la Marina Armada de México, almirante Mariano Sáynez Mendoza y, este miércoles con el secretario de Desarrollo Social, Heriberto Félix Guerra acompañado nuevamente por los diputados Aguirre Herrera y Ríos Píter y el senador y ya designado Secretario de Desarrollo Social David Jiménez Rumbo.
Este itinerario que Aguirre ha trazado para conseguir apoyos y recursos para Guerrero tiene una significación especial que no sólo responde a las agendas de estos funcionarios, sino con el proyecto de gobierno que Aguirre ha perfilado. En ello sobresalen las reuniones con los titulares de Turismo, Gobernación y Marina Armada, que analizaré en la siguiente entrega.  
Nos leemos en la crónica gustavomcastellanos@gmail.com

miércoles, 2 de marzo de 2011

Juicios: política cultural

(19112010) Yo ciudadano
Juicios: “Política cultural”
Gustavo Martínez Castellanos

El programa Juicios que realiza RTG presentó este martes 09 de Noviembre* el tema “Política cultural” y con ello hizo una revelación: en una hora, el panel conformado por cuatro periodistas locales, dio cuenta de la forma en cómo la mayor parte de los comunicadores y de los acapulqueños ven a la Cultura: como otro evento turístico al que “hay que aplicarle más presupuesto para que atraiga más visitantes y en cuya conformación no debe invitarse a los artistas ni a los pensadores porque son personas difíciles”.
No los culpo, si algo está mal en Acapulco es la dirección y usos que se ha dado al pensamiento que, desde hace más de setenta años, ha sido canalizado sin descanso por el gobierno a la promoción turística. Esos cuatro comunicadores sólo obedecían a ese condicionamiento mental. Así, definieron a la Cultura como una respuesta al medio ambiente (como si aún viviéramos en las cavernas y no estuviera conceptualizado el mundo). Acordaron que la cultura “es un hecho vivo” y la desligaron del quehacer humano. Después rechazaron que El Costeño y Tico Mendoza sean la imagen de la costeñidad pero luego redefinieron la Cultura a través de un recuento de nuestras gastronomía y artesanías. A partir de eso ya no pudieron detenerse: uno de ellos dijo que CONACULTA fue el primer intento de sistematizar la cultura en México y otro replicó que no, que fue con Vasconcelos con quien “se empezó a fundamentar la cultura” porque “se dieron las Sinfonías de Silvestre Revueltas (¡!), la literatura de Yáñez y Mariano Azuela  (¡!) y la erección del INBA y de la danza y la pintura mexicanas”. De hecho, este conspicuo periodista señaló varias veces que el festival La Nao de Acapulco había sido “excelente” y olvidó que minutos antes había reconocido que “los festivales no suplen el desarrollo cultural”. Fue más allá: burocratizar su definición de cultura pues insistió en que se debía erigir una Secretaría de Cultura, proyecto priísta que una ecléctica poetisa presentó a Ruth Zavaleta para candidatearla como su primera secretaria cuando ésta se adhirió a la campaña de Añorve en caso de no quedar como titular de SEDESO. Con ello, ese comunicador dejó establecido para quién trabaja. Sus compañeros de panel, sin percatarse de su servidumbre, “armaron” una “política cultural estatal” englobada en cuatro hitos: La cultura es para atraer turismo –nada más. Deben hacerse más festivales. Debe ampliarse el presupuesto. Y debe escindirse de ese ejercicio a los artistas y analistas culturales. Dentro de esa visión, hacer cultura significa: hacer una escultura a Tarzán, recopilar todas las películas de Tin tán, hacer un acuario como el que hay en Veracruz –“ciudad a la que no le llegamos ni a los talones” (sic)- y erigir un observatorio. Nada más. Ni nada menos. En el ínterin trataron los temas del mecenazgo (“la burguesía local debe pasar de la etapa cevichera”); el papel del estado en la promoción cultural (insulso); la cultura debe tematizarse con referencia al mar: festivales, danzas, poemas, barcos hundidos (sic); y “que se copie el Cervantino pero que desaparezcan las Jornadas Alarconianas y los Fandangos porque van muchos borrachos”. Después de la segunda pausa ya no se sabía si estaban hablando de cultura, de turismo, o de los sueños particulares de cada expositor, pues en la verbalización de sus arrebatadas fantasías todos exponían a grito herido sus posturas como si con sus decibeles pudieran concretizar algo que no fuera el erigirse en el reflejo fiel de nuestro pobre nivel cultural.
Tal vez para cualquier acapulqueño (guerrerense o mexicano) los castillos en el aire que erigieron estos cuatro comunicadores en ese programa sean lo correcto: “Disneylandia en Acapulco” con cargo al presupuesto de cultura; porque hasta este momento el Estado en Guerrero no ha fomentado la Cultura a través del pensamiento y sus usos.
Así, vemos que no sabemos quiénes somos porque no poseemos conocimiento de nuestras raíces con qué contrastar nuestra contemporaneidad. Ese problema se resolvería fomentando la investigación y el análisis histórico, antropológico, sociológico, lingüístico, geográfico y politológico, pero hasta ahora nada de eso se nos ha dado.
Sólo por citar un ejemplo, el discurso que “celebra” la erección de nuestro estado privilegia la generación espontánea de una idea fundacional, en impersonal: “El 14 de mayo de 1847 se presentó ante el Congreso un proyecto que señalaba: ‘Se erige un nuevo Estado con el nombre de Guerrero’”, como dice la página web del gobierno del estado; y, toda referencia elude mencionar que la primera propuesta fue la Provincia de Tecpan por Morelos; la segunda fue la del general Guerrero que pidió al emperador Iturbide la creación del Departamento del Sur para que él lo gobernara y, después, las gestiones de Álvarez y Bravo. Además, nadie repara en el hecho de que el nacimiento de este estado se dio a partir de la aceptación de las periferias de tres entidades, la conjunción anárquica de más de diez expresiones culturales y doce lenguas distintas, distribuidas en una geografía imposible cauterizada por serranías y hondonadas carente de institutos de educación media y superior; sin industria ni empresa, con magras agricultura y ganadería y un solo camino colonial que desapareció al cierre del comercio con Oriente. Todo bajo una visión medieval. La locura. ¿Cómo no hemos observado que ese inicio fue el inicio de todos nuestros rezagos?
Ese programa de Juicios nos dijo cómo; en él nunca se escucharon las palabras filosofía, investigación, análisis, biblioteca, ciencia, tecnología, lengua, religión, contraste, espiritualidad, y pensamiento (que engloba a casi todas), y que, entre otras, a pesar de los panelistas, denotan en gran medida la materia prima de toda expresión cultural que erige un pueblo como su forma de ser y de alcanzar los objetivos que se ha trazado.
Sin embargo, refulgieron “turismo”, “folclor”, “mar”, “gastronomía”. Hedonismo. El Estado ha jugado un papel importante en esta visión; pero también nosotros, porque no hemos exigido parámetros y herramientas de ejercicio intelectual que las sustituyan.
Vista así, la postura del panel de ese programa debe tomarse como todo lo que hay que evitar. Debemos privilegiar al pensamiento, la técnica, la investigación, el análisis. Debemos pugnar por espacios de reflexión que indaguen quiénes somos y hacia dónde vamos. Reitero: debemos pensar Guerrero e intentar respondernos todas nuestras preguntas ontológicas. Nuestros rezagos nacen de la depauperada forma que tenemos de concebir nuestro entorno. Paradójicamente, en él, El Costeño y Tico Mendoza, hoy por hoy, sí nos representan: pícaros telúricos ahítos de giros dialectales que, a su manera, emiten su cultura. ¿Por qué no erigir otro tipo de costeño y de guerrerense con todo ese ingenio?
La conformación de una idea de fomento a la cultura debe partir de la erección de Institutos que faciliten al ciudadano la adquisición sistematizada de conocimiento universal, la investigación, el análisis y propicien la presentación de trabajos que conciten y discutan nuestra idea de nosotros mismos. Establecer mercados de venta y consumo de arte e ideas de producción local. Separar lo hedónico de lo intelectual en su visión central de cultura. Guerrero es mucho más que turismo y el Triángulo del sol. Democráticamente debemos insertar a todas las expresiones y comunidades que lo conforman, enriquecer la cultura guerrerense con sus expresiones todas. Debemos pues, erigir una cultura, no una Secretaría que burócratas y mafias culturales usarán para engordar más sus bolsillos. Una Política Cultural, que en realidad piense en Cultura, urge en Guerrero. Estamos a tiempo. 
Nos leemos en la crónica gustavomcastellanos@gmail.com
* año: 2010

martes, 1 de marzo de 2011

Sergio Salmerón


Yo ciudadano
Salmerón: acapulqueño inédito
Gustavo Martínez Castellanos

Sergio Salmerón es un acapulqueño de cepa pura que, como muchos otros que en el mundo –y en Acapulco- viven, se dedica con un empeño sin mácula a todo lo que hace.
Salmerón es un hombre inteligente, culto, analítico, bienintencionado y positivo. Cada una de estas virtudes le ha redituado excelentes dividendos. Así, ostenta con una modestia sin límites tres postgrados, un doctorado, la autoría de un buen número de investigaciones y algunos hallazgos que CONACYT busca financiarle y difundir.
En su charla, cita con una frescura de camaradería antigua a Kant, Aristóteles, Santo Tomás, Popper y Kunt. Ciñe a una lógica matemática -que le viene de su pasión por la administración- muchos de los hitos modernos –entre los que se encuentra una idea particular de la aldea global y el uso y manejo de las redes sociales- y asume una postura doctoral –que le va muy bien con su visión del mundo- ante todos los problemas del área que más conoce y de la que vive: el turismo. Específicamente, el turismo en Acapulco.
Es el único gerente de hotel con suficiente ingenio para posicionar a nivel global la hospedería a su cargo ante contingencias tales como la balacera de abril pasado, la inundación de pleamar de la temporada anterior y la actual crisis de inseguridad en el puerto. Playa Suites, la hospedería bajo su mando desde hace más de una década -y que es donde vive y atiende todos sus asuntos- siempre está llena. Aún en temporadas bajas.
Pero no sólo de turismo e investigación vive este hombre. Otra de sus pasiones ha sido la política, siempre vista como una forma de optimizar el trabajo de administración y proyección del lado turístico de Acapulco. Así, fue fundador del Colegio de Licenciados en Turismo y del Frente Cívico que catapultó a Torreblanca Galindo en sus luchas por la alcaldía y el gobierno estatal. Y, en los pasados comicios, fue coautor del programa de gobierno de Aguirre Rivero a quien apoyó desde el principio de su campaña.
Empero, ante la proclividad de los grupos políticos por inmiscuirse en la tarea de armar el próximo gabinete, Sergio Salmerón antepone los intereses del estado y ha evitado relacionarse con la protesta de algunos colegios ante la decisión de Aguirre Rivero por traer a una funcionaria del gobierno del D. F. para ocupar la Secretaría de Turismo estatal.
“Se puede trabajar con el gobierno de mil maneras”, me dijo. “Apoyar al gobernador como lo hicimos desde el primer día de su campaña es la mejor forma de reconocer su liderazgo y su perspectiva. La futura Secretaria de Turismo tal vez no conozca como nosotros la problemática local y sus soluciones, pero conoce nuestro principal mercado -el Distrito Federal-, de donde, además, puede extraer una buena cantidad de recursos que seguramente nos beneficiarán a todos. Apoyarla, es apoyar al gobernador y a Guerrero”.
El mensaje es contundente: el sector turístico debe mantenerse unido en torno al nuevo gobierno a fin de arribar con éxito a los objetivos que su actividad requiere hoy como nunca para superar todas las crisis que lo han golpeado en los últimos años.
Sergio Salmerón lo sabe, y con el peso moral y profesional que lo inviste, al enviar este mensaje ejerce un liderazgo inédito que, sabemos, redundará durante este gobierno en un reposicionamiento de nuestro sector turístico y en todo el ámbito económico que abarca. Que, en Guerrero, sobra decirlo, es extremadamente extenso.
Nos leemos en la crónica gustavomcastellanos@gmail.com