Yo, ciudadano
Secretaría de Cultura:
albazos
Gustavo Martínez
Castellanos
En respuesta a mi último envío uno
de mis lectores me hizo esta observación vía e-mail: “Andas lento, el foro ya
se realizó y con un albazo se aprobó la creación de una Secretaría de Cultura”.
El envío traía una copia de la nota informativa que daba cuenta del “albazo” y
de otras cosas que consideré dignas de comentarse. Como el hecho de que la nota
haya sido publicada en El Sur y con
un entusiasmo sin cotos
Agradecí al lector sendos envíos y
acto seguido leí la nota. La firma Anarsis Pacheco y desde el primer párrafo enseña
sus costuras: “En el último día de trabajo del Foro, los promotores culturales
lograron concentrar los resultados expuestos de cada región representada y
coincidieron en la creación de la
Secretaría de Cultura en sustitución del Instituto
Guerrerense de la Cultura”.
¿Cómo puede haber un “último día de trabajo” si sólo fueron dos? ¿Cómo puede
denominarse a los invitados “los
promotores culturales” si sólo fueron unos cuantos y todos fueron invitados por
“dedazo”? Y si el criterio de selección canceló todo indicio de democracia,
¿cómo es que representaban a cada
región?; por último: para un problema tan complejo y profundo como el de la
cultura de un estado como el de Guerrero ¿de qué forma arribaron estos “promotores
culturales” a la conclusión de que su solución recae en la erección de una Secretaría?
No sólo eso, la nota dice que ellos
“acordaron” por “unanimidad” el programa “que se desarrolló” (sic) y que, además, asumieron el
compromiso de “que ellos serán los que ayuden a la proyección de los programas
que se plantearon dentro del foro”, con lo que podemos deducir que aprobaron
sus propios puestos. ¿También sus salarios?
Sin embargo, estos aprobadores
promotores culturales no sólo actuaron como diputados parásitos: nomás levantando
el dedo; sino que además serán “responsables de controlar (sic) e informar sobre la programación y sobre todos los
lineamientos del Foro Estatal de Cultura y como parte de los mismos lineamientos
entregados (que les dieron ya hechos) a los gestores culturales el IGC señaló (sic, la nota no dice quién “señaló”) que
los invitados deberán respetar los acuerdos entre el instituto y los facilitadores
(sic) de cada región únicamente”
(sic), es decir, con nadie más.
Círculo cerrado.
Más adelante la nota reitera en el
“último día de foro” en el que “eran constantes las voces” que “también
señalaron la necesidad de convertir al IGC en secretaría estatal” (¿Frausto
llevó acarreados?); y, para alargar
más el tiempo del foro (aunque sólo fueron dos días) la nota dice: “Este sábado
27 de mayo (sic, el 27 fue domingo)
se designó una comisión redactora de los resultados del foro que fue integrada
por los siete gestores culturales de cada región” (cuán pobre es Guerrero que
sólo tiene un gestor cultural por región) y abunda: “así mismo se crearon
cuatro comisiones”. Llevaban prisa.
No sólo eso: ese mismo “sábado 27” los siete gestores instituyeron
al foro en Congreso Constituyente pues “dio como resultado (sic) la revisión de la ley de Fomento a la Cultura, elevar el IGC (sic) al rango de Secretaría, creación de
una red de promotores culturales con una coordinación colegiada”, entre otros
objetivos no menos lucrativos y jugosos tales como “la creación de una bolsa de
recursos públicos para realizar de (sic)
proyectos regionales” entre otros rubros que no requieren de dinero como
“coordinar una comisión de proyectos ante la Cámara de Diputados”.
“Después de la discusión de cada uno
de los puntos planteados de manera general –continúa El Sur-, se volvieron a discutir con los 27 (sic) promotores para que quedaran aclarados y votados” (sic).
Providencialmente -según El Sur- “La
directora del IGC, Alejandra Frausto, llegó al término de la discusión y estuvo
presente durante la última lectura de cada uno de ellos”. Además consultó cada
resolutivo con los gestores culturales, intercambió puntos de vista y vio de
qué otras dependencias podrían recibir más apoyo. Mientras, “La directiva” (sic) entre otras cosas especificaba “qué
instancias estarían involucradas para (sic)
su realización” No dejaron cabos sueltos. Consumatum
est.
El lunes 14 de mayo, Manuel Zepeda me
había hablado vía celular para invitarme a dicho foro. Celebré la idea del foro
y acepté la invitación. Me dijo que un empleado me enviaría la invitación, la
convocatoria y los datos referentes a mi transporte, mi hospedaje y mi
alimentación. El empleado me habló cuatro días después para darme esos datos; cuando
le pregunté de qué extensión debería ser la ponencia, me dijo “Nadie va a
llevar ponencia”. Entonces ya no me gustó el asunto del foro: ¿para qué nos
invitaban?, ¿a quiénes? y decidí no asistir. El jueves 24 envié una carta de
agradecimiento con mi declinación.
Días antes había leído en un texto
de Isaías Alanís –que no sé si fue invitado- que la “renuncia” de Graciela Báez
anticipaba la salida de Alejandra Frausto, porque ésta no había sido llamada a
la campaña de Mancera para el gobierno del D. F., y porque el gobernador no
había asistido a la inauguración de esta Jornadas Alarconianas, (al igual que
las titulares del INBA y CONACULTA). Así, Alanís vio que ante el rechazo tácito
del gobernador, la Frausto
se sentiría vulnerable. Por ello –pensé- cabía también la posibilidad de que
ese Foro (al que nadie llevaría ponencia) no fuera para discutir problemas de
la cultura en Guerrero sino para darle un espaldarazo a Alejandra Frausto ahora
que estaba en el limbo político.
Sin embargo, también cabía la
posibilidad de que la ausencia del gobernador se hubiera debido a lo apretado
de su agenda -a pesar de que éstas fueron las bodas de plata de las Alarconianas; (veinticinco años de trabajo
ininterrumpido que la Frausto
desdeñó por andar armando una “cargada” a su favor). Pero, de haber sido así,
el foro hubiera tenido otro formato, con el sello del gobierno de Ángel
Aguirre: se hubiera invitado a todo mundo y el lugar de reunión hubiera sido
Chilpancingo, no Taxco. En cambio, el formato aplicado parece haber sido hecho
para que la Frausto
le mostrara el músculo al gobernador: “Mira, Ángel: toda mi gente clama por que me hagas Secretaria de estado de tu gobierno;
así te irá si no les cumples”; y que la nota de El Sur interpretó fielmente.
Además no es concebible que Aguirre
hubiera consentido encubrir con un foro la cargada
a favor de Frausto, porque sería como si él mismo se diera el albazo porque, al
discriminar a cientos de promotores culturales que día a día trabajamos por
Guerrero -y que jamás hemos sido tomados en cuenta por su gobierno-, estaría
emitiendo un fuerte mensaje de autoritarismo, doblez y antidemocracia, a través
de sucias y viejas prácticas políticas.
Como haya sido, no debemos olvidar
que la idea de la
Secretaría de Cultura es de Citlali Guerrero y su grupo: Marquines,
Dimayuga, El Sur. Todos, expertos en albazos. Así defenestraron a Aída
Espino, desviaron recursos de la cultura de Acapulco, erigieron su Consejo
Consultivo de Cultura, (al que, según uno de ellos, había que pedirle permiso
para hacer eventos culturales) y le han dado al traste al IGC y a la cultura en
Guerrero. De esa forma también están rodeando de una áurea de fascismo al
gobierno de Ángel Aguirre.
¿Qué pasará? No
lo sabemos. Lo que nadie puede negar es que este Foro ha abierto un boquete en
el gobierno de Aguirre porque lo ha vulnerado con una tremenda carga de falta
de cohesión y de institucionalidad, de ausencia de gobierno: una Directora que quiere
que se le haga una Secretaría a fuerza de acarreados, cargadas y albazos. ¿Qué
sigue?
Nos leemos en la crónica gustavomcastellanos@gmail.com;