jueves, 31 de mayo de 2012

Secretaría de Cultura: albazos


Yo, ciudadano
Secretaría de Cultura: albazos
Gustavo Martínez Castellanos

En respuesta a mi último envío uno de mis lectores me hizo esta observación vía e-mail: “Andas lento, el foro ya se realizó y con un albazo se aprobó la creación de una Secretaría de Cultura”. El envío traía una copia de la nota informativa que daba cuenta del “albazo” y de otras cosas que consideré dignas de comentarse. Como el hecho de que la nota haya sido publicada en El Sur y con un entusiasmo sin cotos
Agradecí al lector sendos envíos y acto seguido leí la nota. La firma Anarsis Pacheco y desde el primer párrafo enseña sus costuras: “En el último día de trabajo del Foro, los promotores culturales lograron concentrar los resultados expuestos de cada región representada y coincidieron en la creación de la Secretaría de Cultura en sustitución del Instituto Guerrerense de la Cultura”. ¿Cómo puede haber un “último día de trabajo” si sólo fueron dos? ¿Cómo puede denominarse a los invitados “los promotores culturales” si sólo fueron unos cuantos y todos fueron invitados por “dedazo”? Y si el criterio de selección canceló todo indicio de democracia, ¿cómo es que representaban a cada región?; por último: para un problema tan complejo y profundo como el de la cultura de un estado como el de Guerrero ¿de qué forma arribaron estos “promotores culturales” a la conclusión de que su solución recae en la erección de una Secretaría?
No sólo eso, la nota dice que ellos “acordaron” por “unanimidad” el programa “que se desarrolló” (sic) y que, además, asumieron el compromiso de “que ellos serán los que ayuden a la proyección de los programas que se plantearon dentro del foro”, con lo que podemos deducir que aprobaron sus propios puestos. ¿También sus salarios?
Sin embargo, estos aprobadores promotores culturales no sólo actuaron como diputados parásitos: nomás levantando el dedo; sino que además serán “responsables de controlar (sic) e informar sobre la programación y sobre todos los lineamientos del Foro Estatal de Cultura y como parte de los mismos lineamientos entregados (que les dieron ya hechos) a los gestores culturales el IGC señaló (sic, la nota no dice quién “señaló”) que los invitados deberán respetar los acuerdos entre el instituto y los facilitadores (sic) de cada región únicamente” (sic), es decir, con nadie más. Círculo cerrado.
Más adelante la nota reitera en el “último día de foro” en el que “eran constantes las voces” que “también señalaron la necesidad de convertir al IGC en secretaría estatal” (¿Frausto llevó acarreados?); y, para alargar más el tiempo del foro (aunque sólo fueron dos días) la nota dice: “Este sábado 27 de mayo (sic, el 27 fue domingo) se designó una comisión redactora de los resultados del foro que fue integrada por los siete gestores culturales de cada región” (cuán pobre es Guerrero que sólo tiene un gestor cultural por región) y abunda: “así mismo se crearon cuatro comisiones”. Llevaban prisa.
No sólo eso: ese mismo “sábado 27” los siete gestores instituyeron al foro en Congreso Constituyente pues “dio como resultado (sic) la revisión de la ley de Fomento a la Cultura, elevar el IGC (sic) al rango de Secretaría, creación de una red de promotores culturales con una coordinación colegiada”, entre otros objetivos no menos lucrativos y jugosos tales como “la creación de una bolsa de recursos públicos para realizar de (sic) proyectos regionales” entre otros rubros que no requieren de dinero como “coordinar una comisión de proyectos ante la Cámara de Diputados”.
“Después de la discusión de cada uno de los puntos planteados de manera general –continúa El Sur-, se volvieron a discutir con los 27 (sic) promotores para que quedaran aclarados y votados” (sic). Providencialmente -según El Sur- “La directora del IGC, Alejandra Frausto, llegó al término de la discusión y estuvo presente durante la última lectura de cada uno de ellos”. Además consultó cada resolutivo con los gestores culturales, intercambió puntos de vista y vio de qué otras dependencias podrían recibir más apoyo. Mientras, “La directiva” (sic) entre otras cosas especificaba “qué instancias estarían involucradas para (sic) su realización” No dejaron cabos sueltos. Consumatum est.
El lunes 14 de mayo, Manuel Zepeda me había hablado vía celular para invitarme a dicho foro. Celebré la idea del foro y acepté la invitación. Me dijo que un empleado me enviaría la invitación, la convocatoria y los datos referentes a mi transporte, mi hospedaje y mi alimentación. El empleado me habló cuatro días después para darme esos datos; cuando le pregunté de qué extensión debería ser la ponencia, me dijo “Nadie va a llevar ponencia”. Entonces ya no me gustó el asunto del foro: ¿para qué nos invitaban?, ¿a quiénes? y decidí no asistir. El jueves 24 envié una carta de agradecimiento con mi declinación.
Días antes había leído en un texto de Isaías Alanís –que no sé si fue invitado- que la “renuncia” de Graciela Báez anticipaba la salida de Alejandra Frausto, porque ésta no había sido llamada a la campaña de Mancera para el gobierno del D. F., y porque el gobernador no había asistido a la inauguración de esta Jornadas Alarconianas, (al igual que las titulares del INBA y CONACULTA). Así, Alanís vio que ante el rechazo tácito del gobernador, la Frausto se sentiría vulnerable. Por ello –pensé- cabía también la posibilidad de que ese Foro (al que nadie llevaría ponencia) no fuera para discutir problemas de la cultura en Guerrero sino para darle un espaldarazo a Alejandra Frausto ahora que estaba en el limbo político.
Sin embargo, también cabía la posibilidad de que la ausencia del gobernador se hubiera debido a lo apretado de su agenda -a pesar de que éstas fueron las bodas de plata de las Alarconianas; (veinticinco años de trabajo ininterrumpido que la Frausto desdeñó por andar armando una “cargada” a su favor). Pero, de haber sido así, el foro hubiera tenido otro formato, con el sello del gobierno de Ángel Aguirre: se hubiera invitado a todo mundo y el lugar de reunión hubiera sido Chilpancingo, no Taxco. En cambio, el formato aplicado parece haber sido hecho para que la Frausto le mostrara el músculo al gobernador: “Mira, Ángel: toda mi gente clama por que me hagas Secretaria de estado de tu gobierno; así te irá si no les cumples”; y que la nota de El Sur interpretó fielmente.
Además no es concebible que Aguirre hubiera consentido encubrir con un foro la cargada a favor de Frausto, porque sería como si él mismo se diera el albazo porque, al discriminar a cientos de promotores culturales que día a día trabajamos por Guerrero -y que jamás hemos sido tomados en cuenta por su gobierno-, estaría emitiendo un fuerte mensaje de autoritarismo, doblez y antidemocracia, a través de sucias y viejas prácticas políticas.
Como haya sido, no debemos olvidar que la idea de la Secretaría de Cultura es de Citlali Guerrero y su grupo: Marquines, Dimayuga, El Sur. Todos, expertos en albazos. Así defenestraron a Aída Espino, desviaron recursos de la cultura de Acapulco, erigieron su Consejo Consultivo de Cultura, (al que, según uno de ellos, había que pedirle permiso para hacer eventos culturales) y le han dado al traste al IGC y a la cultura en Guerrero. De esa forma también están rodeando de una áurea de fascismo al gobierno de Ángel Aguirre.
¿Qué pasará? No lo sabemos. Lo que nadie puede negar es que este Foro ha abierto un boquete en el gobierno de Aguirre porque lo ha vulnerado con una tremenda carga de falta de cohesión y de institucionalidad, de ausencia de gobierno: una Directora que quiere que se le haga una Secretaría a fuerza de acarreados, cargadas y albazos. ¿Qué sigue?
Nos leemos en la crónica gustavomcastellanos@gmail.com;

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