martes, 9 de abril de 2013

CETEG - autodefensas: más cultura



Yo, ciudadano
CETEG - autodefensas: más cultura
Gustavo Martínez Castellanos

     La satanización que algunos “analistas” realizan contra la CETEG y las autodefensas tiene un fuerte tufo a olvido. ¿Cómo surgió el PRD? ¿Acaso no fueron guerrilleros muchos de nuestros diputados? ¿No llegó a senador y a alcalde Félix Salgado irrumpiendo congresos con mantas y costales? A finales del sexenio de Salinas todo el país andaba en las carreteras marchando. Sí, desde San Luis Potosí hasta la selva lacandona.
     La ultraderecha, la derecha y la izquierda colaboracionista siempre han manifestado su rechazo a la violencia si viene de otros; a la protesta si es de aquel que está en la base de la pirámide (o de la cadena alimenticia); desean, como los violadores afganos, que la víctima “grite sin hacer ruido”. A modo. Pero nunca se han preocupado por distribuir la riqueza, por equilibrar las cosas, por legislar legalmente. O por actuar con justicia.
     En ese fuerte tufo a olvido sobresale esa prensa que protesta por falta de garantías para ejercer su labor. Ésa que, muchas veces, cae en la extorsión y que otras tantas es cómplice de los otros tres “poderes”. Ese olvido abarca el hecho de que -aunque no lo acepte- su único lugar es “éste lado”, el de los pobres, el de los indeseables, porque cuando se vienen los grandes desajustes también entre sus filas hay muertos y desaparecidos.
     Esa es la sociedad que hemos construido. En Guerrero, altamente confrontada, polarizada y perfectamente definida: desde los altos palacetes de nuestros lujosos centros turísticos hasta el surco seco en que el campesino arroja la magra semilla cuya cosecha tal vez le arrebate el cacique de forma impune y cínica. Apoyado por la “autoridad”.
     Como a los perredistas hace veinte años cuando aún no eran todo lo que denostaban; a todo guerrillero, a cualquier luchador social, desde todo ángulo de nuestra cultura política, el estado de cosas lo justifica: la inconformidad, así, es signo de vida. Es moneda de cambio. Inclusive de aquellos que son acusados de haber recibido dinero del gobierno y que ahora protestan porque dejaron de recibirlo; o aquellos que creyeron que el gobierno era interlocutor y que estaba “abierto al diálogo”; o aquellos que con la curul o la silla edilicia se sintieron intocables. Todos, en algún momento hemos sido víctimas del atropello de los que están en un nivel más alto de la pirámide. Y todos, alguna vez, hemos protestado.
     En efecto, no con palos o piedras, marchas y plantones; tomas de carreteras pero sí con la certeza de que estos gobiernos nos la deben. Y que nunca terminarán de pagárnosla.
     ¿Cuándo terminará este tiempo en que el gobierno corrompe todo? ¿Cuándo llegará el tiempo en que el gobierno regule, escuche e imparta justicia sin distingos?
     Si se hubiera tomado en cuenta a los maestros para legislar sobre una reforma educativa –no administrativa de la educación- y si hubiera seguridad en las comunidades, no veríamos a esos mexicanos retando a las fuerzas del orden, enfrentándose a policías entrenados para someter y dispersar. Ni crispando los nervios de la gente nice.
     Este es el Guerrero que hemos armado. Es el único que tenemos. Debemos entenderlo y asimilarlo. O cambiar de residencia. Porque de momento resulta imposible cambiar a un pueblo justificado desde su gobierno para protestar. Aún con tantos olvidos a cuestas.
     P. D. Lo dicho: Alejandra Frausto no quiere abandonar su minita de oro: Acapulco; ahora trae a un periodista español a “presentar” un libro. Nunca nos soltará, nuestra ciudad es su mayor fuente de ingresos. Otro avance que hay que agradecerle a Aguirre.
     Nos leemos en la crónica gustavomcastellanos@hotmail.com
www.culturacapulco.com; culturacapulco.blogspot.com

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