Yo, ciudadano
IGC:
insistencias
Gustavo
Martínez Castellanos
En
protesta por la corrupción que asfixia al IGC rechacé hace un año sesenta mil
pesos ($60.000.00) que gané limpiamente en un concurso; he pedido públicamente
que dejen de molestarme y además no he dejado de denunciar las corruptelas que
–junto con su visión decadente de la cultura- emite esa ala del gobierno
aguirrista empeñada en venderle al mundo una idea falsa de lo que Guerrero y
los guerrerenses somos. Y aún así, insisten en hablarme por teléfono y enviarme
e-mails para invitarme a sus decadentes eventos.
El
día de hoy, nuevamente un empleado de esa oficina gubernamental me llamó para
preguntarme si asistiría a la presentación del libro que Alejandra Frausto comentará
(¡!). Antier, esa invitación me había llegado vía e-mail y decidí no responder
a su petición de confirmar mi asistencia porque a veces parece que esos
funcionarios sólo están burlándose de uno: no me han dado la entrevista con
Aguirre pero me hacen estas invitaciones bizarras.
El
problema de la corrupción en el IGC no sólo tiene que ver con el hecho de que
una de sus funcionarias tenga dos averiguaciones previas y siga tan campante
succionando recursos del pueblo; sino también por el hecho de que el director
del IGC, aparte de no ser guerrerense, acusa mucha inexperiencia sobre
Guerrero, los guerrerenses, su historia y su cultura. Y sigue subordinado a su,
dos veces, patrona, Alejandra Frausto.
La
invitación que me llegó vía e-mail especifica que el gobernador Aguirre asistirá
a esa presentación de libro. Pregunto: ¿No tiene cosas más importantes que
hacer? ¿O asiste para agradecerle a la Frausto “haber hecho exactamente todo”
lo que le ordenó? O porque en este momento en que la mayoría de guerrerenses cansados
de su pésimo gobierno piensan defenestrarlo, él necesita un urgente baño de pueblo.
Si
es así, no veo la razón de invitar con tanta insistencia a alguien que
constantemente le ha señalado sus errores y que ha rechazado desde el principio
su política “cultural”.
Aún
con todo, escuché al empleado del IGC reiterarme la invitación; al final le
pregunté si Citlali Guerrero aún trabajaba ahí en el IGC. Asintió y ya no lo
dejé continuar: “Mientras no limpien al IGC no cuenten conmigo; ya se los había
dicho en otro artículo y se lo dije personalmente a Manuel Zepeda en nuestra
única entrevista. Creo que es tiempo de que lo entiendan”. El empleado me
agradeció la respuesta y colgamos.
De
Alberto Peláez, autor del libro, sé que es corresponsal de Televisa. De Televisa
sé que hace televisión de bajísima calidad y que manipula la información que
expende. Es la autora de muchos de los males de este país. De Alejandra Frausto
sé que no es persona que lea ni que profundice; y que renta equipo para
espectáculos y que hace eventos my caros para levantar el raiting de políticos en picada. ¿En qué nos beneficia a los
guerrerenses lo que ella trae? ¿Cuánto nos va a costar? ¿Cuántos eventos más
traerá después de éste? ¿Qué hace en Guerrero? ¿Por qué no se ocupa de su
descriptivo de puesto en CONACULTA?
Rechacé
la invitación, pero eso no me impide hacerle una recomendación a Aguirre: que
ordene a los chavos que su gobierno ha enriquecido a que asistan a sus eventos
para que él pueda tener el público que se merece. Que cuando menos así
desquiten los recursos que extraen de Guerrero. A muchos tendrán que hacerlos
venir de otros estados porque no son guerrerenses. Otros, ni viven ni producen
aquí. Aquí, gracias a Citlali, sólo medran.
En
la siguiente entrega comento la histórica marcha de ayer en Chilpancingo.
Nos leemos en la crónica gustavomcastellanos@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario