jueves, 11 de abril de 2013

IGC: insistencias



Yo, ciudadano
IGC: insistencias
Gustavo Martínez Castellanos

     En protesta por la corrupción que asfixia al IGC rechacé hace un año sesenta mil pesos ($60.000.00) que gané limpiamente en un concurso; he pedido públicamente que dejen de molestarme y además no he dejado de denunciar las corruptelas que –junto con su visión decadente de la cultura- emite esa ala del gobierno aguirrista empeñada en venderle al mundo una idea falsa de lo que Guerrero y los guerrerenses somos. Y aún así, insisten en hablarme por teléfono y enviarme e-mails para invitarme a sus decadentes eventos.
     El día de hoy, nuevamente un empleado de esa oficina gubernamental me llamó para preguntarme si asistiría a la presentación del libro que Alejandra Frausto comentará (¡!). Antier, esa invitación me había llegado vía e-mail y decidí no responder a su petición de confirmar mi asistencia porque a veces parece que esos funcionarios sólo están burlándose de uno: no me han dado la entrevista con Aguirre pero me hacen estas invitaciones bizarras.
     El problema de la corrupción en el IGC no sólo tiene que ver con el hecho de que una de sus funcionarias tenga dos averiguaciones previas y siga tan campante succionando recursos del pueblo; sino también por el hecho de que el director del IGC, aparte de no ser guerrerense, acusa mucha inexperiencia sobre Guerrero, los guerrerenses, su historia y su cultura. Y sigue subordinado a su, dos veces, patrona, Alejandra Frausto.
     La invitación que me llegó vía e-mail especifica que el gobernador Aguirre asistirá a esa presentación de libro. Pregunto: ¿No tiene cosas más importantes que hacer? ¿O asiste para agradecerle a la Frausto “haber hecho exactamente todo” lo que le ordenó? O porque en este momento en que la mayoría de guerrerenses cansados de su pésimo gobierno piensan defenestrarlo, él necesita un urgente baño de pueblo.
     Si es así, no veo la razón de invitar con tanta insistencia a alguien que constantemente le ha señalado sus errores y que ha rechazado desde el principio su política “cultural”.
     Aún con todo, escuché al empleado del IGC reiterarme la invitación; al final le pregunté si Citlali Guerrero aún trabajaba ahí en el IGC. Asintió y ya no lo dejé continuar: “Mientras no limpien al IGC no cuenten conmigo; ya se los había dicho en otro artículo y se lo dije personalmente a Manuel Zepeda en nuestra única entrevista. Creo que es tiempo de que lo entiendan”. El empleado me agradeció la respuesta y colgamos.
     De Alberto Peláez, autor del libro, sé que es corresponsal de Televisa. De Televisa sé que hace televisión de bajísima calidad y que manipula la información que expende. Es la autora de muchos de los males de este país. De Alejandra Frausto sé que no es persona que lea ni que profundice; y que renta equipo para espectáculos y que hace eventos my caros para levantar el raiting de políticos en picada. ¿En qué nos beneficia a los guerrerenses lo que ella trae? ¿Cuánto nos va a costar? ¿Cuántos eventos más traerá después de éste? ¿Qué hace en Guerrero? ¿Por qué no se ocupa de su descriptivo de puesto en CONACULTA?
     Rechacé la invitación, pero eso no me impide hacerle una recomendación a Aguirre: que ordene a los chavos que su gobierno ha enriquecido a que asistan a sus eventos para que él pueda tener el público que se merece. Que cuando menos así desquiten los recursos que extraen de Guerrero. A muchos tendrán que hacerlos venir de otros estados porque no son guerrerenses. Otros, ni viven ni producen aquí. Aquí, gracias a Citlali, sólo medran.
     En la siguiente entrega comento la histórica marcha de ayer en Chilpancingo.
     Nos leemos en la crónica gustavomcastellanos@gmail.com

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