jueves, 23 de mayo de 2013

¿Qué pasa en Guerrero? 2



Yo, ciudadano
¿Qué pasa en Guerrero? 2
Gustavo Martínez Castellanos

No es necesario hacer un análisis profundo sobre la actitud de Ángel Aguirre ante las demandas y protestas de la CETEG; el slogan que le impuso a su último evento público la explica con contundencia: “2do. informe de resultados”.
Para empezar debemos preguntar cuándo fue el primer “informe de resultados” y después tratar de descifrar a qué resultados se refiere: si a los buenos o a los malos.
En efecto, no hubo un primer informe, ni de gobierno, ni de nada –de hecho ni siquiera hubo una transición de poder porque Zeferino no se presentó a entregarlo- y éste informe que denomina “segundo” no se realizó el día primero como marca la costumbre.
Sin embargo, si esos datos no le importan a este gobierno ¿por qué habrían de importarle otros? En 1996 cuando Figueroa Alcocer fue defenestrado, Aguirre no era el único político en la lista de Chuayffet para sucederlo, pero era el único que reunía el perfil que el PRI necesitaban para no perder el poder en Guerrero ante las protestas de un PRD en ascenso gracias a los errores del PRI: tolerante, conciliador; pachanguero: un respiro en el aire aún viciado por el olor a pólvora que despedía el vado.
Aguirre ha acentuado ésa su naturaleza con la experiencia política que ha adquirido a lo largo de los años y con dos eventos más: la rentabilidad que deja la obra pública y el asesinato de los estudiantes de la normal de Ayotzinapa en diciembre de 2011.
Su prisa por desalojar hoteles en la zona tradicional, por remozarla, por venderla, no es sino el apéndice de su prisa por que su proyecto del Acabús fuera aprobado de prisa por el Congreso, al igual que su proyecto de macrotúnel Puerto Marqués-Costa Azul. 12 mil millones de pesos lo esperan para extender un macroproyecto turístico desde Coyuca hasta Zihuatanejo por lo que en lugar de fomentar la industria pesquera en esa zona con el proyecto Puerto Vicente Guerrero sus allegados hicieron un torneo de pesca de pez vela con su nombre. Aguirre no quiere conflictos. No tiene cabeza ni tiempo para atenderlos; por ello, aducen algunos analistas, deja de vez en vez el gobierno en manos de su secretario general de gobierno, en manos de sus sobrinos, en manos de su secretario particular. En las manos de quien sea; hay muchísimas en la nómina.
Por eso, quienes esperan su mano dura se equivocan; Aguirre negocia, convence; no confronta ni reprime: pacificó a las autodefensas y obtuvo una tregua con la CETEG para su “informe”. Ganadero de antes, espera los ciclos. Conoce bien los del PRD. Y comprobó que la sangre no se lava con nada con la muerte de los estudiantes de Ayotzinapa
Es mejor esperar. Tolerar más allá de los límites.
Pero ése esperar no ha sido sólo suyo, miles de ciudadanos piden seguridad en sus comunidades, en los balnearios, en carreteras. Los empresarios, certeza. La miseria crece. La corrupción se desborda. Nuevos cacicazgos han emergido y el viejo PRI enseñorea hasta en los desfiles más significativos. Esa tolerancia de Aguirre ha reactivado nuestra leyenda negra a nivel internacional. Eso, el abucheo en el Torneo de Tenis y la ausencia de su gran aliado, Slim, en sus últimos eventos, son los malos resultados. Ya se verán los demás de aquí a las elecciones del 2015 en que ya es imposible que el PRD gane. Pero a él ¿qué puede importarle? En casi cinco años habrá hecho excelentes negocios y si es posible habrá posicionado políticamente bien a su hijo. Ésos son buenos resultados. Lo demás, no cuenta.
Nos leemos en la crónica gustavomcastellanos@gmail.com;
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