jueves, 21 de junio de 2012

La cartografía del desastre


Yo ciudadano
La cartografía del desastre
Gustavo Martínez Castellanos

El debate de candidatos a la alcaldía de Acapulco organizado por el grupo ACA dejó en claro muchas cosas, pero ninguna como la idea de decadencia que de este destino de playa tienen los cuatro aspirantes a regir sus destinos los próximos tres años.
La principal premisa fue la presentación iterativa de sus problemas de inseguridad como resultado de sus profundos problemas políticoadministrativos, desafortunadamente, como un referente del motivo toral que es la caída del mercado turístico local.
No creo que sea conveniente enlistar las descalificaciones mutuas en que incurrieron los candidatos. Las más sonadas y demoledoras, entre los punteros Luis Walton y Fermín Alvarado, abanderados de “Morena” y la coalición del PRI respectivamente.
Y no es conveniente porque ambos vienen de tradiciones diferentes: Walton exitoso empresario que se ha codeado con políticos de talla nacional e internacional que han visitado Acapulco y que -se dice- algunos se han hospedado en su casa. Con dos periodos de representación popular y la presidencia nacional del otrora Convergencia.
Y Fermín Alvarado desde su trinchera de político de tiempo completo que ha alcanzado no sólo una maestría en Derecho sino que ha sido secretario de educación, de gobierno y diputado federal.
Y no es conveniente porque a pesar de esas distintas expresiones políticas, ambos son hijos de los barrios históricos y de la llamada “cultura del esfuerzo”. De tal manera que cuando exponen en el otro las carencias y los errores de la política local en realidad complementan el cuadro de los más grandes yerros que como ciudad hemos vivido en las últimas décadas: altísimos grados de corrupción; ausencia de un proyecto de ciudad –y de sociedad- eficaz y eficiente y carencia de órganos ciudadanos que vigilen el devenir político administrativo y propongan soluciones acordes con nuestros problemas.
Pero algo más: que Acapulco ha vivido la experiencia de haber sido gobernado por ambas expresiones, el priísmo centralista y el izquierdismo que prometió un verdadero cambio pero que una vez en el poder se montó en la estructura que el priísmo dejó. Por señalar un ejemplo, el caso de la “máquina dragón” en el trienio de Félix Salgado.
En su descargo, podríamos decir que el sesgo del discurso de ambos se debió al formato del debate y a los temas propuestos por el grupo ACA, sin embargo, la oportunidad de debatir no era privativa a los intereses de ese grupo, sino con base en la idea que ellos tienen de todo Acapulco.
La contaminación, el medio ambiente, el municipio libre, otras formas de gobierno compatibles con nuestro federalismo, la libre expresión, la participación ciudadana, la educación, la investigación, el análisis y la cultura, el empleo en general, la sobrepoblación, nuestra diversidad, no aparecieron en el debate como problemas de fondo.
Desde ese ángulo fue interesante observar no la superficialidad de sus miras sino la falta de profundidad en su sentido de nuestra ciudad pues la cartografía que los cuatro armaron de ella anticipa el desastre. Una inminencia que nos preocupa a todos y que no habríamos podido atestiguar si el grupo ACA no los hubiera invitado a debatir. Y que, al menos en la idea que de gobierno expusieron, no se vislumbra de pronta solución.
Nos leemos en la crónica gustavomcastellanos@gmail.com

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