sábado, 12 de febrero de 2011

Aguirre - Añorve: destinos

Yo, ciudadano
Aguirre-Añorve: Destinos
Gustavo Martínez Castellanos
El retorno del doctor Manuel Añorve a la presidencia del municipio de Acapulco representa una curiosa regresión en la biografía de Ángel Aguirre: volverá a hacer con él el uno-dos; uno por el estado; el otro, por su principal ciudad. Esta regresión ofrece un evento de contrastes: en aquella ocasión eran, aparte de primos y políticos en avanzada, amigos y colaboradores. Hoy, no podemos decir que sean enemigos pero tampoco podemos decir que no lo sean. O que sean amigos. Esta singular voltereta en sus vidas demuestra que si en política nada está escrito posiblemente sus reglas no apliquen al destino. Lo que no debemos perder de vista es que éste persiste en mantenerlos unidos. Quizá entrelazados.
El pasado. El presente. Hace quince años Aguirre buscaba la gubernatura siendo un presidente del PRI sin descanso. Hace seis meses no tuvo que hacer otra cosa que acceder a comandar la coalición de partidos de izquierda para obtenerla y derrotar al PRI. En aquella ocasión, defendió al gobernador priísta para evitar el interinato; en ésta derrotó a ese mismo exgobernador en su protegido para ser gobernador. Una vez en el cargo, en aquella ocasión, luchó para apaciguar los ánimos del PRD que había hecho suyo el agravio de Aguas Blancas. En ésta tendrá que apaciguar a los priístas para no gobernar con ellos a contracorriente. En ambos casos ha echado a andar, antes que todo, una política de conciliación. Hoy y ayer Aguirre ha demostrado que no es un guerrero. Es un político.
El eterno retorno. Añorve ha obedecido al sino contrario: accedió a ser Secretario de Finanzas del gobierno de Aguirre y luego a cubrir el interinato de Salgado Tenorio en Acapulco en lapsos similares a los que está cubriendo ahora. En aquella ocasión contaba con todo el apoyo del gobernador y hoy parece ser que sólo con su anuencia. En ambas situaciones persiste la sensación de que ninguno ha podido eludir al otro. Ahora, tendrán que volver a reunirse, llegar a acuerdos, trabajar juntos y posiblemente a volver a colaborar en proyectos personales comunes. Quizá porque, como en ninguna otra familia de políticos en México, en ellos la fuerza de la sangre es mayor: sigue un guión de doble filo, el pasado común y la búsqueda del poder. También porque ese mecanismo que ha entrelazado sus vidas opera desde antes de que ambos nacieran: sus respectivos padres los alentaron a ingresar a la política. Derivado de ello, ambos iniciaron sus carreras políticas desde muy jóvenes y en la capital del país, y ambos obtuvieron sus primeros grandes logros en Guerrero. En ese periplo han coincidido también en altibajos y en periodos de ausencia. Barajeados de esta manera, no es difícil arribar a la conclusión de que, nuevamente, y con sus respectivas familias, terminarán pasando la próxima navidad juntos.
Guerrero. Acapulco. Asumida a la biografía de ambos, la de nuestro estado y la de su principal ciudad, es importante observar su desenvolvimiento. Han vuelto a dominar la escena política de este principio de década. ¿Cómo influirán en ella a futuro? En un periodo de cambios, de transformaciones alentadas por la experimentada mano de Aguirre, Añorve ¿será llamado nuevamente a colaborar en ese cambio? ¿Aspirará a algo más ahora que ambos son gobernador y alcalde constitucionalmente electos después de haberlo sido en interinatos? Aguirre tomó la delantera, es evidente que su influencia prevalecerá aún mucho después de que termine su mandato. El suyo será el gobierno que encauce el espíritu del pueblo suriano al salto cuántico hacia un auténtico desarrollo. ¿Podrá entender eso Añorve? ¿Será capaz de transformarse en una fuerza positiva de construcción? Ojalá. Al menos a los acapulqueños nos debe mucho. Es tiempo de que use todas sus fortalezas para cumplir esos compromisos. Nos leemos en la crónica gustavomcastellanos@gmail.com

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