miércoles, 6 de abril de 2011

Joyce Agustín: Diario de brigadista II

Yo, ciudadano
Joyce Agustín: Diario de brigadista II
Gustavo Martínez Castellanos

Un insistente entrecruzamiento de textualidades traza este libro. Parte de la imagen del artista adolescente que se busca a sí mismo en su golpeada ínsula, hacia la idea de un México que apenas asoma para ser concebible de otra forma.
José Agustín habla por una generación culta, instruida; apunta que es maestro de inglés y se le cree. Habla en francés y nadie lo corrige. Su referentes son universales: tienen un pie en la academia: “Margarita (Dalton) y yo, como buenos farsantes, presumimos que conocíamos al dedillo todo Marx, Lenin, Stalin, Lukács, Gramsci y hasta Hegel el Prieto (51)” y en la crítica especializada: “El suplemento cultural de Novedades (…) ¡ah!, la gran prensa mexicana, (36)”. Y otro en sus nuevas instituciones; entre ellas, los clubes artístico-literarios “Yo llevé (a Margarita) a mi grupo  literario y al taller literario Marrano Cazuela (75)”. Ese mundo del que emerge a su corta edad tiene una idea muy sólida de sí mismo: “Hablé de México, de Brasil, de Estados Unidos, del mundo entero, de principios del socialismo en introducción al materialismo, de religión y del clero. Clero en Dios padre todopoderoso (58)”. Cierta de sus profundos manantiales de cultura y, por ello, susceptible al rechazo, al choteo “Así es esto del poder del Chilam Balam de Chumayel (40)”.
Por ello, resulta creíble que José Agustín se haya casado tan joven para salir de la férula paterna. Además, porque había recursos económicos e institucionales para ello. Había estabilidad. Se podía ser creativo. O rebelde. O ambas cosas. Así, en sus primeros días en Cuba revisa una novela de su autoría mientras escribe un drama y terminará dirigiendo discursos a la multitud debido a su participación en las discusiones sobre el marxismo al paso de la brigada Conrado Benítez que adoctrina al pueblo después de alfabetizarlo: “Juan llegó a pedirme que yo dirigiera el círculo de estudios de economía y política (43)”.  “leí una vez más el discurso de Fidel en la ONU en el que anunció que Cuba erradicaría el analfabetismo en menos de un año. (56)”. Se sabe parte de ese compromiso.
Por ello, trabaja estibando y cosechando, alfabetiza como los demás, pero escribe “Y en la noche (se la pasa) copiando y rescribiendo un poco la historia de Freud que aparece en Autriche, mi librín de cabecera sobre Austria”. “Repasé todo el capítulo sobre el psicoanálisis (61)” o “leyendo un libro de filosofía clásica alemana (64)”.
Su proclividad cultural e intelectual lo pone en el mundo: “Yo andaba alucinando con Rimbaud y, después de que leí algunos poemas, (Margarita) me propuso que nos casáramos para venir a las Cubas. Yo accedí en el acto porque tenía muchas ganas de ver de cerca la revolufia (76)” y se integra -a su manera- en el estamento intelectual de esa parte de la revolución: “Y por último llegamos al maleconcito que no malenkovcito” (124). “Yo me sentía parte del Potiomkin” (128). De revolución a revolución, de cultura a cultura, mezcla la francesa con la rusa y la cubana en su referencia a los calendarios galo, romano y azteca: “No sé si los franceses consideraban aciagos estos últimos cincos días que no merecían estar en los meses normales (83)”.
Su horizonte cultural se expande a cada paso en la isla, la canta y se canta a sí mismo y a una generación de mexicanos jóvenes producto de otra revolución. Su periplo tal vez lo impele a despertar al gigante dormido en la ínsula, o sólo a repasar ese piélago que es él mismo en un universo contrastivo del que saldrá para ser José Agustín. El nuestro.
Nos leemos en la crónica gustavomcastellanos@gmail.com

En efecto: "Guerrero nos une": Saludo el acercamiento que han tenido el Lic. Ángel Aguirre Rivero, gobernador del estado Guerrero, y el  Doctor Manuel Añorve, alcalde de Acapulco, durante una entrevista radiofónica. Ya había perfilado dicho encuentro en mi artículo, "Aguirre - Añorve: destinos", fechado el 12 de febrero: "Barajeados de esta manera, no es difícil arribar a la conclusión de que, nuevamente, y con sus respectivas familias, terminarán pasando la próxima navidad juntos."
Todos los guerrerenses y en especial los acapulqueños esperamos que dicho acercamiento crezca y que sea para bien.
gmc

5 comentarios:

  1. Esta es la muestra del descubrimiento de José Agustín por él, me parece que se encuentra al escribir y que todo a partir de eso fluye.
    Además de lo que mencionas, a Austin Joseph le caracteriza una enorme picardía, misma que se deja ver en cada torcedura que hace al español.

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  2. José Agustín, tiene un estilo que lo identiica, desde ese entonces y hasta la fecha, su forma de escribir es totalmente irreverente, pero muy bien cimentada en el mundo de libros que se nota, ha leído. Apenas voy por la mitad del libro, y aunque tengo varios libros pendientes más que leer, por mi tarea, no he podido dejar de hojearlo de vez en cuando para desatorar la rueda del engrane que se me atora con tanta lectura.

    Gracias por el libro Juanin.
    Un Abrazo

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  3. No he podido terminar el libro. Pero sí he llegado al punto para entender esta entrega. Creo haberlo dicho antes, que el estilo fresco del autor es único. Es más, creo que José Agustín logra un equilibrio de este estilo con la profundidad de cultura que él mismo maneja, como protagonista y como escritor.
    Aquí, como lo menciona, José Agustín nos habla de una generación (o época) culta. En particular me traslada a tiempos que debieron haberse conservado y evolucionado. Sobre todo ahora con tanta tecnología y este proceso de globalización. A diferencia de la absoluta ignorancia que se ha disparado con estos avances.
    Pienso que gente como José Agustín, como usted..., gente que tome iniciativa y persista es lo que nos hace falta. Particularmente porque creo que sería agradable conformar una sociedad que comprendiera mejor su entorno.
    Saludos.

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  4. Creo que una de las grandes virtudes de José Agustín como escritor, es que captura al joven no habituado a la lectura; le vuelve sencillo acercarse a los libros y disfrutar, gracias a su estilo, natural, irreverente y lleno de humor. Es buen ejemplo ver que a los dieciséis años era un chico con muchas y enriquecedoras lecturas.
    En su escritura advierto el humanismo de Rousseau, aderezado con el sueño marxista de un mundo más justo.

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  5. "DIARIO DE BRIGADISTA" ES UN TEXTO QUE PERFILA A UN JOSÉ AGUSTÍN EN LOS DIVERSOS GÉNEROS LITERARIOS QUE AÑOS DESPUÉS REAFIRMARÍA CON SUS ESTUDIOS DE LETRAS CLÁSICAS, DIRECCIÓN CINEMATOGRÁFICA, COMPOSICIÓN DRAMÁTICA Y MUCHOS MÁS...QUÉ BUENA ONDA.

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